Ya cruzamos varias veces los “límites del crecimiento”
Hace medio siglo, en 1972, un estudio encargado por el Club de Roma al Instituto Tecnológico de Massachusetts desembocó en un informe que dejó huellas que perduran hasta hoy. Se titulaba “Los límites del crecimiento” y sus principales conclusiones eran que la vida en el planeta cruzaría esos límites para 2070 si continuaban su curso inalterado variables tales como la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos, todo en base a la explotación de los recursos naturales.
Lo más interesante de este análisis es que tuvo tres actualizaciones. La primera se produjo veinte años después, en 1992 y para entonces se advertía que “que la humanidad ya había superado la capacidad de carga del planeta para sostener su población” en cuanto a la ecuación comida, agua y hábitat. Doce años más tarde, en 2004, el informe fue “revitalizado” repitiendo: «No puede haber un crecimiento poblacional, económico e industrial ilimitado en un planeta de recursos limitados». Finalmente, hace 10 años, el documento original experimentó su último baño maría, esta vez, en francés: “Les limites à la croissance, dans un monde fini” (Los límites del crecimiento, en un mundo finito). Pero admitió la existencia de cambios en progreso que nos preparan “para una transición hacia una sociedad que consuma recursos renovables”. De este penúltimo augurio derivado de aquel informe original del MIT pasó otra vez una década.
La mayoría de las conclusiones que arrancaron en Roma en 1972 fueron valiosas. Hoy existe mucha más conciencia de la finitud de los recursos naturales que hace medio siglo. Y también se ha avanzado dramáticamente para multiplicar la productividad sustentable de alimentos mediante biotecnología. El año del informe inicial, el mundo estaba poblado por 3.800 millones de seres humanos y había producido 303 millones de toneladas de maíz y 52 millones de soja. Cincuenta años más tarde, la población se duplicó (7.800 millones) pero la producción de maíz se cuadruplicó y la de soja se multiplicó por 7.
Recordemos que en 1992 se hablaba de una carga poblacional insostenible. Pasaron 30 años y ahora hay más comida que nunca y el hombre está aprendiendo a producir alimentos sin tierra y con un mínimo de agua. El concepto de sostenibilidad ha hecho carne e integra nuestro lenguaje diario. Tan mal no lo estamos haciendo.