Si estás pasando por una situación de violencia de género, comunícate a la línea 137, SOS Mujer.
Melanie Vega, directora de la Organización Feminista Abolicionista Paraguaya Femiunidas, explicó que, dada los últimos seis feminicidios en las dos semanas, desde la organización y el Observatorio Nacional contra la Violencia continúan interpelando dentro de sus posibilidades y e insisten con la reglamentación contra la violencia telemática y simbólica.
Señaló que esto es debido a que a la hora de informar y de educar sobre qué es el feminicidio, observan con preocupación que el micrófono y la palabra son concedidos a los perpetradores, al feminicida y los agresores. Por su parte, cuando se habla de un feminicidio, la víctima obviamente ya no puede defenderse ni dar su opinión.
Mencionó que en el caso sucedido la semana pasada, en el que una mujer fue torturada, violada, asesinada y decapitada, pasó desapercibido y que el enfoque del motivo del crimen que se le dio fue el de una cuestión de drogas o ajuste de cuentas y no el de un feminicidio.
“La opinión pública todavía no concibe, no puede aceptar la definición de feminicidio. Te dicen que es una cuestión de drogas, de ajuste de cuentas, no el problema de género
que tenemos. Entonces estamos fracasando en la comunicación y en la educación”, manifestó.
Allí juegan un rol preponderante los medios de comunicación, porque, a decir de Vega, de la misma forma en que se le da la palabra a los agresores, feminicidas y perpetradores, se tendría que insistir con las autoridades competentes en definir qué es el feminicidio e informar una y otra vez por qué es un feminicidio y alertar a la ciudadanía como están fallando las herramientas de protección que deben proveídas por los juzgados de paz cuando se hace una denuncia y se pone en vigencia la orden de restricción o de alejamiento.
Indicó con respecto a este último feminicidio en Minga Guazú que existió una orden de alejamiento e inclusive orden de captura fue emitida dos veces.
“Entonces, ¿qué está fallando para que la ciudadanía por fin entienda que es un feminicidio y por qué hay un feminicidio? Falta comunicación y educación. No tenemos herramientas educativas que desde la malla curricular del ministerio de Educación nos haga entender que somos sujeto de derecho, que existen los derechos humanos, los derechos de la mujer, por qué se diferencian los derechos de la mujer de cualquier otro derecho, artículo o ley de protección civil”, sostuvo.
Determinó que no es que la mujer tenga privilegios, que se debe de entender para qué se crearon estas herramientas. Apuntó que, para ello, los medios de comunicación deben de jugar un rol más fuerte, interpelarle al ministerio de la Mujer.
“¿Por qué no quita comunicados, por qué nuestras autoridades que tienen en ambas Cámaras comités de género, tienen especialistas que van y vuelven del extranjero, con presupuesto de la nación para especializarse en la prevención de la violencia, no salen a dar la cara? Sin embargo, cuando se tratan de cuestiones triviales que colocan otra vez a la mujer como un artículo de mercancía, en el que nuevamente la mujer paraguaya toma un rol totalmente absurdo, ahí vemos que existe una difusión masiva a las palabras de las autoridades”, expuso.
Subrayó que como no hay cobertura de los medios, la ciudadanía se queda solamente con una mirada que existe en una parte de la sociedad que se indigna por cosas que no tienen nada que ver, que las mujeres mueren porque tenían que morir y no porque existe un problema social que no está siendo tratado de fondo y en forma.
Afirmó que únicamente con la reglamentación de la ley de Violencia Telemática y Simbólica, y obligando a las autoridades a salir a dar la cara las veces que hay un feminicidio y explicando extensamente porque constituye una forma de violencia hacia la mujer, se podrían ver soluciones a la problemática, incluso los procedimientos y dándole al perpetrador la presunción de inocencia.
Enfatizó que están definidas 16 formas de violencias contra la mujer en la Ley 5777. No obstante, pese a estar nombradas, no todas están reglamentadas.
“No hay antecedentes, no hay jurisprudencia por el incumpliendo de muchas de las formas de violencia que están citadas y que forman parte del día al día, condenado a más y más mujeres paraguayas a morir, dos veces ante una sociedad que se entera y no le importa, hace un segundo plano de la tragedia o un espectáculo, una cuestión totalmente trivial de algo grave que nos puede tocar a cualquiera de nosotras”, amplió.
ACLARACIONES SOBRE LOS FEMINICIDIOS
Melanie reveló que vivimos en un país donde estadísticamente hablando, el índice de violencia intrafamiliar, los abusos sexuales, psicológicos y económicos aparecen incluso en la primera infancia de las mujeres y tienen como víctimas a 8 de cada 13 niñas del Paraguay.
Remarcó que, por ejemplo, cuando un padre, un abuelo o un hermano mata a una mujer es un feminicidio si es que se observan cuestiones económicas que llevaron a la confrontación.
“Estuvimos acompañando un caso hace unos años, en el que unos hermanos estaban peleando con una media hermana por la herencia, no le consideraban a ella apta para reclamar, hija del padre fallecido. Le rompieron la cabeza. Eso es un feminicidio por una cuestión de género vinculado a la parte económica, le hicieron eso por ser mujer, porque al otro hermano varón que tienen, no le hicieron eso”, contó.
Precisó que no solamente los hombres son perpetradores de feminicidios, también una mujer puede ser feminicida. “Las proxenetas, las tratantes, por ejemplo, están lucrando con la explotación sexual y reproductiva de mujeres. La gente va a justificar y va a decir que ella era una prostituta y estaba porque le gustaba. Sin embargo, ¿Cuáles son todos los problemas de fondo que empujan a las víctimas de trata y de prostitución a terminar de ese lado de la situación social?, reflexionó.
Garantizó que hay un sistema y no solo una persona que realiza el asesinato.
“Hay un sistema judicial, el sistema de protección, la sociedad misma, la educación. Esa estructura es lo que termina por avalar a la persona que comete el asesinato y de condenar a la mujer que termina muerta”, finalizó.