Luego de la presentación del Plan de Transformación Educativa, el Gobierno dejó entrever su leve interés por mejorar el sistema educativo del país. Sin embargo, pretende lograr su cometido con discursos repetitivos y estudios que no aportan nada nuevo sobre la situación atravesada por Paraguay en términos de educación.
En un proceso de trabajo que convocó a más de 600 mil personas, el 30 de noviembre en el Banco Central del Paraguay (BCP), el Gobierno presentó el primer acuerdo del Plan de Transformación Educativa del Paraguay 2030. El documento está conformado por 8 políticas y 29 líneas estratégicas y fue elaborado con la coparticipación de los especialistas nacionales y cooperantes internacionales.
No obstante, más allá de una necesaria transformación educativa que debería llevarse a cabo en nuestro país, la propuesta de trabajo expuesta en el BCP se encuentra ligada de varios cuestionamientos por una falta de abordaje delimitado y verdaderamente comprometido con cambiar radicalmente el sistema educativo.
“En primer lugar, el diagnóstico, desde mi parecer, no aporta absolutamente nada nuevo de lo que ya sabíamos sobre el escenario de la educación paraguaya. Los documentos actuales están basados en informes ya elaborados y no actualizados; esto sin mencionar las escasas referencias bibliográficas sobre los estudios de la educación paraguaya”, aseveró el Dr. Francisco Giménez y exviceministro de Educación.
Para el profesional, no se plantea con claridad el concepto de la transformación educativa y quién la va a marcar porque se debe analizar si abarcará a todo el sistema educativo o únicamente al sector pedagógico.
Dentro del punto, sentenció que Albert Einstein se había referido al principio de la locura como “realizar las mismas cosas y esperar resultados distintos”, esta expresión el Dr. Giménez la tomó como una analogía para lo que está haciendo el Gobierno con el proyecto de transformación educativa
“Se debe tener muy en claro, precisar conceptos, alcances y limitaciones de lo que se quiere lograr con una Transformación Educativa y solo de acuerdo a estos planes es posible formular políticas públicas”, sentenció el Dr. Giménez.
Dr. Francisco Giménez
Hace un tiempo, por ejemplo, se presentó el plan de una transformación docente y teniendo eso en cuenta, se desconoce en qué contexto entraría en la Transformación Educativa, hecho que resulta esencial pues la calidad de los docentes determina la calidad de enseñanza ofrecida a los alumnos, había destacado el Dr. Giménez.
“La reforma de la formación docente se plantea dentro de un modelo que, desde mi parecer, no responde a los desafíos y las necesidades de la formación docente, detectada no solo a nivel mundial, sino también en Paraguay”, puntualizó.
CRONOLOGÍA
Para llevar a cabo el Plan de Transformación Educativa, primeramente se recurrió a una cooperación entre varios técnicos, la mayoría de ellos extranjeros y muy pocos connacionales, junto con la participación de universidades internacionales como Columbia University y la Pontificia Universidad Católica de Chile; esto con el objetivo de “diagnosticar” el estado de la educación paraguaya.
Esto se va a presentar al Congreso Nacional para su estudio y promulgación siguiente, hasta hacer ley la transformación educativa. Sin embargo, el Dr. Giménez expresó que, para hablar del proyecto, se debería tener bien claro lo que se desea transformar.
“Las transformaciones deseadas deben ser específicas: si se quiere cambiar solo el currículum, el sistema de formación docente, la administración central del ministerio de Educación o la mezcla de cada uno de estos componentes”, mencionó el experto.
El Dr. Giménez afirmó que resulta plausible el reconocimiento del Gobierno a la hora de hablar de una necesaria transformación educativa porque el Estado acepta su responsabilidad dentro del asunto.
Sin embargo, señaló que el verdadero logro, caracterizado por la calidad de la educación aún constituye una materia pendiente en el país. En el punto, un pacto político-social representa un aspecto esencial para lograr la transformación educativa, en primer lugar porque consiste en una decisión política y en segundo lugar por el innegable involucramiento de diversos estamentos que representan el sentido social.
No se puede cambiar la educación con más de lo mismo. Los discursos actuales deben alejarse de lo repetitivo, para centrarse exclusivamente en la evolución efectiva de la situación académica del Paraguay; es bien sabido que la nación está mal, pero el cambio no está en las viejas prácticas.