Tus amigos se encuentran en el punto más álgido de su profesión y desarrollo académico y aunque en el fondo estés consciente que deberías sentir una felicidad inmensa por esos logros, una leve envidia se apodera de tus pensamientos y emociones de una manera inesperada. ¿Alguna vez te viste en una situación similar de manera inevitable?
De acuerdo al psicólogo holandés Bjarne Timonen, la envidia es una emoción primitiva que
existe desde tiempos inmemoriales. La gente quiere cosas hermosas y anhela ser recompensada, por lo cual puede ser doloroso ver que otros son retribuidos y vos no.
Tal vez eso explique por qué una inoportuna sensación de celos se hace presente de manera inoportuna, cuando tu amigo te cuenta que acaba de conseguir el trabajo de sus sueños. Esto, consecutivamente puede derivar en una constante comparación que realizarás acerca de tus logros y los objetivos conseguidos por tus amistades.
Para la licenciada en psicología clínica, Patricia Delgado, todos estos aspectos pueden generar envidia, pero depende mucho de las características personales de cada persona. “Si hablamos de una amistad sana, veremos más alegrías y logros compartidos”, mencionó
la profesional.
¿LA ENVIDIA ES MALA?
El conocido filósofo español, Fernando Savater, había afirmado que la envidia “es la virtud
democrática por excelencia, y por ello no debe ser considerada como un pecado, sino como una auténtica virtud”. En este sentido, el especialista se enfoca en que más allá de la mala sensación provocada al momento de sentir celos por los logros de algún amigo tuyo, probablemente esto te sirva para impulsarte aún más como persona.
“Muchas veces, la envidia se encuentra muy ligada al autoconcepto que cada uno tiene de sí mismo”, destacó Delgado. Sentir que no te encuentras en el mismo nivel laboral que tu amigo y te estancas, mientras él se desempeña de manera exitosa en sus actividades,
puede contener varios componentes en el trasfondo.
La psicóloga explicó que si nos miramos desde una perspectiva de la frustración o inseguridad, veremos cómo algo imposible llegar más lejos, pero si vemos desde el punto de la seguridad y confianza en uno mismo sin ponernos límites, seguiremos desarrollando habilidades y utilizando situaciones de nuestro entorno como motivación.
“Lo que conocemos como envidia habla mucho más de las características personales de uno mismo, el no poder apreciar y valorar que a la otra persona le estén pasando cosas buenas habla de nosotros, de nuestra perspectiva, negativismo y creación de vínculos que no resultan sanos porque al no esperar el bien para la otra persona, no representamos una verdadera red de apoyo”, sentenció la profesional.
El psicólogo tomista Martín Echeverría refuerza esa idea afirmando que esos celos desmedidos son una forma dañina o viciosa de la tristeza desordenada, que deriva del
anhelo de siempre querer más y poseerlo todo.
¿CÓMO ES POSIBLE SUPERARLO?
Aunque algunas personas puedan utilizar la envidia como un motor para alcanzar metas fijas que las ayuden a superarse profesional o académicamente, unos celos exacerbados solamente pueden envenenar tu mente y tus amistades, una vez que le brindes más protagonismo de lo normal.
Por ello, Delgado recomendó algunos ejercicios o tips a realizarse para no dejar que la envidia domine nuestra vida y sentidos. Buena elección a la hora de crear nuevos vínculos,
es uno de los consejos centrales para dar paso a un relacionamiento con emociones más sanas.
Implementar una comunicación permanente y asertiva en las relaciones sociales también constituye un consejo importante, al igual que trabajar más la introspección sobre nuestra manera de socializar y mantener los nuevos vínculos establecidos.
“Como cualquier situación, para acudir a un psicólogo por estas cuestiones dependería de la intensidad o riesgo que implique esta conducta para nuestras relaciones sociales sanas. Si notamos un patrón repetido, debemos acudir a un profesional para guiarnos a formar verdaderas redes de contención en nuestro círculo social”, concluyó la licenciada.
Si bien muchos profesionales expresan sus propias concepciones acerca de las características y los efectos de la sensación de envidia, lo cierto y concreto es que dentro
de la disyuntiva existente, entre sumirte en una costumbre repetitiva de no poder reconocer los logros de tu amigo o buscar superarte mediante la situación, la segunda opción será la más saludable no solo para vos, sino también para alguien que espera recibir tu apoyo dentro de su crecimiento personal.
