Ratas y suciedad, el cóctel perfecto que constituye la insalubridad registrada en varios bares no monitoreados como debieran y siguen en contacto con las comidas, como si esto no se tratase de un peligro directo a la salud de la ciudadanía.
El caso de Long Bar no solo demuestra el completo estado deplorable al que exponen a sus clientes cientos de bares no controlados, sino también desnuda una realidad que se encarga de proteger más a la suciedad, antes que al dueño del alquiler.
Esto se comprueba solo con pasar o fijarse levemente en Log Bar pues, como si nada hubiera pasado, siguen brindando sus “servicios” y no cuentan con ninguna clausura o desalojo que les impida seguir jugando con la salud de la gente.
En este sentido, ¿qué pasa con la justicia para actuar sobre la insalubridad y desalojar a los inquilinos del lugar? ¿Qué resguarda al propietario de toda esta situación desagradable?
UNA JUSTICIA MEDIÁTICA
“Al volverse viral el caso de Long Bar, se está desnudando nuestra realidad social, jurídica y política porque este tipo de situaciones se viven todos los días en los Tribunales, pero las mismas son invisibilizadas, debido a la falta de importancia brindada”, subrayó el abogado Martín Barba.
Al respecto, el letrado añadió que resulta muy difícil que el propietario logre una pronta justicia para su caso, aunque tenga la razón y esté en su derecho desalojar al inquilino. Esto porque el proceso jurídico pasa por una serie de chicanas que, finalmente, hacen que el caso no sea tratado hasta dentro de 10 años.
“A un propietario solo le queda ganar este tipo de casos mediáticamente, presionando por todos los medios existentes hasta que el inquilino termine por salir de tanta insistencia o por cansancio”, afirmó Barba.
De acuerdo al profesional, no existe una posibilidad viable para que un propietario resuelva este tipo de casos a su favor, recurriendo al desalojo, ya que la justicia es tan lenta para priorizar los derechos del dueño, que termina por dejar el asunto sin atención.
INUTILIDAD EN CADENA
Aparte de una orden de desalojo que no vendrá en varios años por culpa de chicanas, pedidos de recusación de jueces, apelaciones e instancias llevadas a cabo, un propietario que quiera desalojar a su inquilino por caso de insalubridad queda a la completa indefensión por falta de una acción real por parte de todas las autoridades competentes.
“Existe una ley que ampara al propietario y es el derecho a desalojo por diversos factores; sin embargo, también se estipula que la Municipalidad clausurará un local insalubre y que la ANDE cortará una conexión clandestina, pero ninguna de estas cosas se concreta”, acotó el abogado.
Al final, el dueño de un local que necesita desalojar a su inquilino se queda sin las herramientas suficientes que le permita apelar a la ley que debería ayudarlo y el último recurso existente es hacer viral la situación, para generar al menos algo de vergüenza en las autoridades o quienes alquilan el lugar.
De este modo, queda al descubierto una rueda de inacciones para salvaguardar los derechos del propietario: desde la justicia no facilitan el proceso y los demás órganos encargados se quedan detrás de la indiferencia cuando se trata de salir en favor del dueño de un local, naturalizando la completa ilegalidad e insalubridad.