Hay controversia sobre su verdadera naturaleza Parece que un grupo de buena voluntad integrado por parlasurianos, burócratas del ministerio de Relaciones Exteriores y otros actores andan queriendo cerrar trato con Cuba para traer de allí algunas dosis de vacunas contra el COVID19, dado que las de otros proveedores a los que incluso se les ha pagado por adelantado, van llegando al estilo israelí, por goteo. Un referente del grupo habló a una agencia noticiosa europea de cierta reunión “muy provechosa y muy satisfactoria»; que esperan tenga resultados positivos «a la brevedad posible»;. Sin comentarios.
¿Qué está haciendo Cuba en el tema vacunas? Parece que los isleños tienen muy buena tradición produciendo medicamentos para atender a la población local aunque sus productos no han alcanzado difusión internacional, tal vez por el bloqueo norteamericano o porque su industria faramacéutica carece de carrocería para competir.
De todas maneras, los laboratorios antillanos están trabajando en varias líneas, según reporta la OMS a través de su mecanismo de seguimiento de desarrollo de vacunas COVID 19. “Dentro de un conjunto de 100 productos en investigación clínica bajo observación se incluyen dos vacunas cubanas con seis estudios clínicos en marcha, dos en fases 1 y 2 y otro en fase 3”. El Instituto Finlay, uno de los más prestigiosos de Cuba, tiene en desarrollo las vacunas Soberana 1 y 2 y la Soberana Plus, definida como “de principio activo con alta dosis de antígeno”. Por su parte, el Centro de Ingeniería Genética BioCubaFarma desarrolla los sueros Abdala y Mambisa, esta última, de administración nasal. Los ensayos laboratoriales indican que la Soberana 2 produce una respuesta de anticuerpos en el 80 % de los vacunados con dos dosis, respuesta que se eleva al 100 % tras una tercera dosis de Soberana Plus.
Hasta ahí lo que informa Cuba. Sin embargo, la Academia de Medicina de Venezuela, país que está primero en la fila para adquirirlas, advirtió que los fármacos que Cuba prepara «no son verdaderas vacunas»; contra el Covid-19, «sino productos experimentales». E invitó a tener mucho cuidado antes de decidir su aplicación. Lo único cierto en esto es que el proceso llevará meses hasta la certificación de los sueros. Mientras tanto, es mejor ser precavidos y optar por lo seguro.
Es la salud de millones de personas la que está en juego.