La situación sanitaria en nuestro país se desbordó, la crisis sanitaria está llegando a la cúspide más cruel en doce meses de haberse detectado el primer caso de Covid-19 en Paraguay, con un sistema sanitario que no es capaz de dar respuesta a la cantidad de demanda de atención porque no existen recursos a pesar del gran esfuerzo del personal de blanco.
El estallido primero empezó con los familiares de pacientes con Covid-19, que diariamente iban quejándose de la falta de fármacos que puedan ayudar a mantener con vida a sus seres queridos graves están intubados por lo que necesitan sedantes para que no empiecen a desatar una lucha contra esa situación.
Sin embargo, las autoridades hicieron caso omiso, pues ya en febrero el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, en un acto en Guairá sintió en carne propia la realidad, cuando Joel Oviedo le reclamaba agobiado que ya no tenían dinero para comprar los medicamentos que el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSP) no era capaz de suministrar a los hospitales públicos con eficiencia y eficacia.
Pero ni aún así hubo una reacción suficiente por parte de la cartera que estaba a cargo del doctor Julio Mazzoleni. Todo se agravó cuando los familiares de pacientes internados en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram) se manifestaron.
Luego se le suma que el director de dicho hospital, principal centro de referencia para cuadros respiratorios, Felipe González, entregó su renuncia, que fue denegada. Hasta que los trabajadores de blanco salieron también a las calles a exigir la provisión de fármacos.
La semana se iba agudizando con la desesperación de los familiares, con los médicos que advertían que los hospitales se iban quedando sin camas para nuevos enfermos. Pero para ponerle el “broche de oro”, salta a la luz la comercialización ilegal de sedantes que son de uso exclusivo del Instituto de Previsión Social (IPS).
APUROS
El jueves, ya como reflejo del hartazgo ciudadano, la Cámara de Senadores aprobó un proyecto de resolución que instaba a Mazzoleni, al viceministro Julio Rolón y al director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, a renunciar a sus cargos.
Aunque en la noche del jueves respondió al Senado con un rotundo no, la crisis obligó a Julio Mazzoleni a renunciar al cargo de ministro de Salud en la mañana del viernes.
Sin embargo, en medio de toda esta crisis, de igual forma hubo una movilización que en principio era para pedir la renuncia de Mazzoleni, pero que no sólo se basaba en eso, sino en exigir al Gobierno de Abdo una respuesta eficiente a la problemática de la pandemia del Covid-19.
Paraguay llegó al momento más duro, no solo por los contagios que fueron en aumento, sino porque el nivel de internación ha superado el de 1.100 pacientes, y las camas de terapia intensiva utilizadas casi llegan a 300 la última semana. Todo esto hace que el sistema saturado no de respuesta, en medio también de un promedio de muertes diarias que no baja de los 15 fallecidos.
NECESIDAD
La doctora Rossana González, del Sindicato Nacional de Médicos, aseguró que el Poder Ejecutivo debe de buscar alguien con honestidad, preparación y liderazgo para suplir el puesto que deja Mazzoleni, porque es caro el costo de tener ministros de Salud incapaces.
“Él alega que es para evitar la crispación. El temor ahora es quién va a ocupar el cargo. ¿Va a ser alguien con mayor honestidad o van a ubicar a alguien del entorno? El temor del gremio es que no sea una persona capacitada. Necesitamos alguien mejor. Ya fuimos víctimas de ministros totalmente incapaces”, refirió González.
En ese sentido remarcó que Paraguay no necesita un simple cambio de piezas, sino un cambio de timón, donde los políticos no influyan en la tarea del ministro de la cartera sanitaria, indicando que a Mazzoleni no le dejaron trabajar.
“Los políticos siguen decidiendo en Salud. Yo creo que a Mazzoleni no le dejaron trabajar, también creo que no supo controlar a su entorno o no le dieron esa potestad de poder cambiar ciertas estructuras dentro del Ministerio”, refirió la sindicalista.
CONTROL
Entre las críticas a la administración de Mazzoleni también hay un elemento clave, y se trata de la gestión y la ejecución presupuestaria del Ministerio de Salud como de la inversión realizada a través de los fondos otorgados a la cartera por la Ley de Emergencia, que asciende a US$ 426 millones, pero que en el 2020 sólo se ejecutó en un 36%.
Entre Hacienda y Salud elaboraron una metodología para la compra simplificada y poder dar respuesta rápida a las necesidades de los pacientes internados en estado grave y que necesitan medicamentos. En ese marco, el viernes, antes que renuncie Mazzoleni, la Contraloría General de la República le informó que un equipo técnico iba a encargarse de hacer una auditoría de los fondos covid y de seguir las futuras compras.
“Ese equipo fue quien detectó, por ejemplo, todo el tema de los insumos chinos, y también realizó los dictámenes y recomendaciones hechas en el marco de la pandemia. Es por eso que ellos van a acompañar la compra que se hará ahora”, dijo el contralor Camilo Benítez.
En este mismo sentido mencionó que si bien se trata de una modalidad innovadora la que plantea el MSP, ya que la idea no es esperar que se gaste, sino vigilar que el gasto se haga de forma adecuada.
“El control concurrente es el camino a seguir si queremos dar una solución eficaz a la ciudadanía. Daremos reportes semanales o quincenales de los avances del control por parte de la CGR”, recalcó Benítez.
EN CONTEXTO
La crisis de la pandemia llegó al momento más duro y cruel, con incremento de casos, de muertes y con salas de internaciones llenas. A eso se le suma la falta de insumos médicos y que las familias deben depender de polladas y rifas para mantener vivos a sus seres queridos.