El gobierno de Japón decidió organizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio y la ceremonia de apertura del relevo de la antorcha el 25 de marzo, sin espectadores extranjeros debido a los temores de la población sobre la posible propagación del Covid-19, informó la agencia de noticias Kyodo, citando a funcionarios con conocimiento del asunto.
“El comité organizador ha decidido que es esencial celebrar la ceremonia en la prefectura nororiental de Fukushima a puerta cerrada, permitiendo solo a los participantes e invitados involucrarse en el evento, para evitar que se formen grandes multitudes en medio de la pandemia”, señaló dicho medio, así lo informó el portal eleconomista.com.mx.
Unas 900,000 entradas ya habrían sido vendidas fuera de Japón, de acuerdo a Inside the Games. Actualmente, Japón continúa frenando las nuevas entradas de extranjeros, lo que incluye a los atletas que competirán en los Juegos, ya que el gobierno está demorando más de lo esperado para detener el número de infecciones desde principios de enero, cuando alcanzó su punto máximo con más de 2,500 contagios por día.
Seiko Hashimoto, quien reemplazó a Yoshirō Mori como jefe del Comité Organizador a principios de febrero, ha señalado a los medios japoneses que sentía que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos deberían tener al frente una multitud.
«Cuando pensamos en la posibilidad de celebrar los Juegos sin aficionados en las gradas, los atletas definitivamente se preguntarán por qué no hay cuando otras competiciones permiten la entrada de espectadores. Todos quieren una decisión temprana sobre la dirección que se tomará con respecto a los fans para preparar boletos y alojamiento en el hotel», dijo Hashimoto, según el periódico Asahi Shimbun.
Una encuesta reciente encontró que el 77% de los japoneses no quería que los visitantes internacionales asistieran a los Juegos, por apenas un 18% a favor. Durante los Juegos de Invierno de 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur, los fans locales representaron el 80% de todas las ventas de boletos.
El presidente del COI, Thomas Bach, ha insistido en que los Juegos se llevarán a cabo en julio, pero cuando se le cuestionó en enero sobre si los estadios llenos de espectadores animarían a los 10,500 atletas que debían competir en Tokio sería posible, fue más circunspecto.
“Porque nuestra prioridad es garantizar unos Juegos Olímpicos seguros y haremos todo lo necesario para lograrlo. A todo el mundo le encantaría tener estadios a plena capacidad y multitudes rugientes, pero si eso no es posible, respetaremos nuestros principios. La seguridad es nuestra primera prioridad”.
Según Kyodo News, el gobierno japonés habría ya concluido que «no es posible» permitir a aficionados que vivan fuera de Japón asistir a los Juegos, debido a las «preocupaciones del público japonés sobre el coronavirus» y por el hecho de que han aparecido «variantes más contagiosas en muchos países».
Según el diario Asahi Shimbun, el COI pidió a Japón que haga excepciones con los invitados extranjeros relacionados con los patrocinadores de la competición, por lo que el gobierno está examinando esa demanda.