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28 años de nada

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Hace 28 años que los campesinos más o menos organizados marchan hacia la capital con su cartilla de reivindicaciones. Encabeza la lista la demanda de tierras, asistencia crediticia y técnica, habiéndose agregado últimamente otra exigencia: el cese de los desalojos. Deja­remos este último tema para otra ocasión y nos centraremos en los tres primeros.

¿Qué ha hecho el Estado, a lo largo de cada uno de los gobiernos de la era democrática, en respuesta a estas marchas? Nada relevante. El inconcluso censo de colonias encargado hace algunos años, que habría de convertirse en el denominado Sistema de Información y Recursos de la Tierrra (SIRT), quedó congelado tras relevar 336 de las 1.200 colonias que se estima tiene el Indert. Las cifras que arrojó este procedimiento son de terror. Veamos.

Fueron registrados 114.386 lotes que ocupan 685.090 hectáreas en 12 departamentos de la región Oriental. De ellos, 102.000 (91%) no están titulados, 356.000 hectáreas no tienen vivienda ni están ocupadas y más de 435.000 hectáreas no muestran cultivos temporarios o permanentes. Y como corolario a este pano­rama, más del 90% de los lotes con algún tipo de laboreo agrícola, ganadero o forestal jamás recibió asistencia crediticia o técnica. Estos son, repetimos, datos oficiales del Indert.

Esta es la más descarnada radiografía que jamás se haya hecho de la reforma agraria. Después de cinco décadas de vigencia y más de 2.300.000 hectáreas de tierra agrológicamente apta repartidas en la región Oriental, la tal reforma es una sombra tras la cual se esconden los más escandalosos negociados. El SIRT deja documentado que alrededor de medio millón de hectáreas, de dominio absoluto del Estado, no tienen empleo productivo y si traspolamos esa proporción al total estimado de colonias, esa cantidad sube a casi 1.500.000 hectáreas sin título, ocupación o uso productivo alguno.

¿No sería mucho más práctico que el Indert empe­zara a reasignar todos esos lotes abandonados, res­catándolos de quienes no los aprovechan producti­vamente para repartirlos entre quienes demandan tierra cada año, marchando sin resultado alguno?

En lugar de reformar la reforma fracasada, se mira para otro lado dejando que las invasiones y el hostigamiento a fincas en plena produc­ción sean la eterna bandera de “lucha”.

La irracionalidad total.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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22-11-24