La fiesta se dio inicio con las palabras del presidente del Club Centenario, José María Livieres Guggiari, para luego dar paso al tradicional desfile en un imponente marco logrado follajes y jardines verticales complementados con mosaicos en 3D salpicados con rosas, lirios y eucaliptos mentolados. Con sus vestidos blancos, radiantes y sonrientes, fueron bajando las escaleras y al pie de la misma recibidas por sus orgullosos padres. Esta celebración es una de las más representativas del Club Centenario y que se sigue realizando con todos los honores, la belleza y la distinción.
En un ambiente exquisitamente decorado, follajes, raíces, ramas y flores naturales; con tonos degradados desde el fucsia hasta un delicado rosa, con pequeños detalles en tono crema y té; los hombres de riguroso smoking blanco y las damas de largo, disfrutaron de la agradable noche, de presentación en sociedad.
Fotografía: Oscar Ynsfrán