La avenida Von Polesky en Villa Elisa volvió a tener vida con el inicio de la primera fase de la cuarentena inteligente. Los vendedores que antes la poblaban salieron nuevamente a luchar por un sustento para ellos y sus familiares, sin embargo, se siguen enfrentando a las consecuencias económicas que dejó la pandemia.
Enrique Amarilla es un joven de 23 años que se dedica a la venta de bananas en la zona. Junto a toda su familia salen hoy en las mañanas a ofrecer dichas frutas. Comentó que con las crisis las cosas en el hogar no estaban bien y nunca recibió ayuda de los programas del Gobierno.
Mientras que Esmelda Acosta es otra vendedora que vuelve a abrir su negocio después de meses de cuarentena total. “La situación me golpeó muchísimo, la venta bajó en un 90%. Yo vendo empanadas, sándwiches, remedios refrescantes y todo lo que se pueda, hace un año y medio que estoy por Villa Elisa”, afirmó la vendedora.
Agregó que antes tenía una despensa en su casa, pero cerró sus puertas porque la venta era escasa y a pesar de recibir ayuda del programa Ñangareko, solo le alcanzó para comer durante 15 días.
“Ni abriendo el negocio de vuelta con la cuarentena inteligente llegamos a la meta de antes. Además, mis hijos están suspendidos de sus trabajos y no alcanza para pagar las cuentas, apenas para comer”, concluyó Esmelda.