Cuando pensamos en algunas características de cómo es “el paraguayo” , encontramos una lista de virtudes como la de ser: amable, solidario, hospitalario, honesto, humilde, trabajador, familiero, virtuoso, y resiliente; sin embargo, con algunos defectos como: el machismo, la infidelidad, la inseguridad, y el conformismo.
En tal sentido, con la situación actual, con el efecto pandemia, y el cambio de autoridades en el Gobierno, tantas malas noticias, que nuevamente, golpean a los bolsillos del pueblo, con las injusticias, la inseguridad galopante, despidos de empleados, suba del peaje, estacionamiento tarifado, más impuestos, cada vez esos látigos que azotan a cada paraguayo, a aquel emprendedor que intenta salir adelante, a aquel empresario, que debe mantener a su equipo, mientras tanto, algunos buitres se apoderan de los cargos, en manadas, para beneficios familiares .
Ante esta situación, “el paraguayo” calla y soporta todo, esa garra, esa fuerza lo utiliza para alentar a su club favorito, se conforma con lo que tiene, se reprime, observa lo injusto, y en ocasiones, hace pasar, y sufre en silencio, evita accionar desde su lugar para evitar cualquier tipo de problema. Nuestra cultura en el idioma Guaraní, lo define como “Mbareté”, que significa “fuerte”, resiste “todo” a su alrededor, es tan conformista, que su alma guerrera lo lleva a soportar los pequeños desafíos con sacrificio, pero le cuesta afrontar y tomar una postura a lo que “No está bien”.
No son todos los paraguayos, son la mayoría.