Gran porcentaje de la población hoy día sigue pasando la cuarentena con hambre, viviendo a base de ollas populares recreadas por las propias comunidades vecinales sin tener la ayuda del Estado.
María Leguizamón es la proclamada cocinera oficial de la comunidad del barrio Mbachio de Lambaré; ella comenta que desde la segunda semana del aislamiento la comunidad decidió realizar las famosas ollas populares ya que en el barrio se encuentran muchas familias numerosas con hijos pequeños.
“Nosotros ya estamos cansados de golpear puertas, de pedirle a las autoridades que nos hagan caso que hay mucha gente adulta que no recibió ninguno de los beneficios como Pytyvõ ni el Ñangareko, y por lo menos si pueden traernos víveres, kits alimenticios, por lo menos eso les pedimos”, explicó.
Agregó que por día reparten entre 180 a 200 platos y que varias veces faltó comida para los ciudadanos que se siguen sumando. Son 7 las señoras que lideran los actos de solidaridad.
“Nos estamos posicionando en plazas y en parroquias, si de por ahí las autoridades prefieren, pueden dejarnos víveres por lo menos para que sigamos porque ya no sabemos qué hacer y es muy injusto tener que vivir de los vecinos y que el Estado no intervenga”, acotó.
Esa es la perspectiva por parte del pueblo, sin embargo, por parte de las autoridades señalan que el programa Pytyvõ superó un millón de beneficiarios en todo el país. Cabe recordar que esta ayuda está destinada a trabajadores informales y cuentapropistas.
El viceministro de Economía, Humberto Colmán, destacó que se hizo un gran esfuerzo para llegar a la gente en el menor tiempo posible y que aún quedan beneficiarios a quienes entregar sus aportes.