Las Cámaras del Libro de Paraguay informaron mediante un comunicado al Gobierno nacional su solicitud de ayuda ante esta crisis sanitaria que derivó en un grave problema económico que también golpea al sector. Piden una gradual vuelta al trabajo a más tardar desde el próximo 4 de mayo, atendiendo a las condiciones que el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social determine.
“La industria editorial lleva 41 días viendo cómo sus ingresos se han visto disminuidos, primero, y caído a niveles catastróficos luego como nunca antes. Con todo, la industria editorial ha mantenido la calma y tomado recaudos para salvaguardar la salud y el empleo de sus colaboradores. Sin embargo, en estos momentos la industria necesita ser atendida y, aunque nos duele decirlo, ser socorrida”, reza el comunicado.
El sector además solicita la autorización de apertura de las editoriales y librerías bajo cumplimento del protocolo sanitario y la atención al público para retiro de los locales en la modalidad de pickup, así como la posibilidad de enviar pedidos mediante delivery. Igualmente, piden facilitar el acceso ágil y adecuado a financiación destinada al sector, con tasas preferenciales accesibles, con plazos de 2 a 3 años y con un año –el inicial– de gracia para el pago.
Por otro lado, solicitan adquisición de libros en general, así como de textos escolares y materiales educativos en especial por el Ministerio de Educación y Ciencias, la Secretaría de Cultura, Gobernaciones y Municipalidades;, con la finalidad de distribuirlos entre la población más vulnerable del país principalmente. “Las editoriales nos comprometemos en diseñar guías didácticas para docentes y, sobre todo, familias para facilitarles el uso de estos materiales”, aseguran.
En este sentido, también pidieron adquisición de licencias de libros y materiales educativos en formato digital, adecuados al currículum nacional, y que pudiera integrarse cabalmente a las plataformas del MEC y que participen de manera efectiva los representantes del gremio en todas las mesas técnicas que conforme la cartera educativa.
“De persistir la situación que hemos descrito, las empresas editoriales y librerías se quedarían a fines de este mes de abril imposibilitadas de cumplir con sus obligaciones como empleadoras, con las nefastas consecuencias de verse obligadas a la cesantía laboral de sus empleados, a la suspensión de las actividades o incluso al cierre”, advierte el gremio de los libros.