POR: BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
NO SE DERRAMA LA RIQUEZA
La economía, como ciencia, tiene varias maneras de interpretarla. Algunas la miran desde el punto de vista exclusivamente numérico y dicen que el producto interno bruto es clave para determinar el grado de evolución que tiene un país.
El nuestro, por ejemplo, va a crecer este 2025, según los datos de algunos organismos internacionales y locales, más del 5%, lo que constituye algo sorprendente para una América Latina que no está creciendo más del 2 o 2,5% en los últimos años. Sin embargo, la gente no vive bien, y es allí donde aparece el otro lado de la economía: cómo percibe la gente un crecimiento productivo de áreas importantes de la economía, pero que no tienen el efecto derrame, no permiten que realmente le quede más dinero en el bolsillo.
Por el contrario, la gente se queja de que el dinero no le alcanza, de que los precios de la canasta familiar están por los cielos, que la carne es imposible de comprar, que subió un 30%, al punto de que el propio presidente de la República, un economista, reconoce esta realidad.
Pero hay otros seguidores suyos que se enojan con el tema de la expresión “la heladera vacía” y afirman que es imposible no entender un aumento del consumo en los supermercados como un mejor nivel de vida para la gente. Sin embargo, la economía también tiene que ser vista desde las percepciones y desde las realidades.
Una cosa es mirar solo el lado que se cree positivo para el país, cuando lo es únicamente para un pequeño sector que tiene un alto poder concentrador de la riqueza. El 20% del Paraguay se queda con casi el 60% de lo que crece en el PIB, por ejemplo.
VUELVEN LOS NUBARRONES DEL FRAUDE
La cuestión electoral es fundamental a la hora de saber si unos comicios realmente terminan eligiendo a aquel que el pueblo ha decidido votar. Lo que acontece en Ciudad del Este, pocos días antes de los comicios previstos para el próximo domingo para elegir al intendente que completará el periodo de Prieto, nos lleva también de nuevo a ver uno de los fantasmas que creíamos haber superado: la posibilidad de que el fraude se instale porque, simplemente, el Partido Colorado no quiere los controles que se le sugieren desde el bando opositor y, lógicamente, comienzan las insinuaciones y también presunciones de que algo están preparando para “cocinar” en dichos comicios, de modo que los resultados no reflejen la verdadera voluntad del pueblo esteño.
Ya nos ocurrió en las últimas elecciones, cuando no se quiso revisar el sobre 4 para ver si coincidían, no en todos los lugares, pero sí en aquellos que fueran tomados al azar, los números que daba la máquina con los números que decía el sobre número 4.
El Paraguay necesita recuperar la fiabilidad en sus elecciones. Ya comenzamos a desconfiar de las máquinas, luego continuamos con la cuestión de la falta de revisión del sobre 4, y ahora estamos en otra escala en Ciudad del Este, donde los que quieren seguir manteniendo la municipalidad se quejan de acciones judiciales que buscan enturbiar el proceso electoral del próximo domingo.
Ojalá esta deriva hacia la decadencia electoral sea parada a tiempo.
OBSCUROS PRESAGIOS
El mundo, desde hace bastante tiempo, vive siempre con una amenaza nuclear debido a la gran carrera que emprendieron durante la Guerra Fría Rusia y Estados Unidos. Este último país probó la efectividad de sus bombas en Hiroshima y Nagasaki, demostrando al mundo el poder extraordinariamente nocivo que puede tener una capacidad nuclear en manos de los países.
Esto ha crecido en número. Ya no son solo estas dos naciones las que tienen poder nuclear: están Corea del Norte, India, Pakistán, Irán, por decir algunos de los países que tienen esa capacidad de fuego.
Y en esta semana, en la que Donald Trump había dicho, antes de su cita con Xi Jinping en China, que haría pruebas nucleares —que no se realizan desde hace más de 30 años—, eso no favorece necesariamente la tranquilidad que el mundo querría en estos momentos de incertidumbre y de dudas.
Lo que necesitamos es que haya acuerdos que se lleven adelante para destruir la capacidad nuclear que tienen los países, que, de paso, poseen la posibilidad de destruir el planeta 150 veces debido al poder acumulado en armas nucleares.
Esta es una cuestión que algunos dirán nos toca muy de lejos, pero la siguiente confrontación ya no será local, sino mundial.
Periodista Senior