Nuestra identidad es muy particular y pintoresca, no deja lugar a aburrimiento o al silencio por desconocimiento. En una semana podemos ser especialistas en asuntos internacionales y tener todas las teorías conspirativas sobre listados, extradiciones y esas cosas. En paralelo, todos somos técnicos de fútbol y tenemos la fórmula correcta para ganar el próximo mundial de fútbol, después del de Qatar, al que tampoco vamos a ir, pero tampoco queríamos porque hace mucho calor en ése país. Entretanto, nos volvemos Sherlock Holmes y CSI, para luego ser médicos forenses y ni qué decir, cientistas políticos y sociólogos especialistas en coyunturas latinoamericanas.
Las temáticas de las conversaciones siempre habrán sido así, o nos encontramos en una era de la información que nos empuja a hablar con conocimientos muy limitados o nulos de algún tema, sin criterio científico o académico, pero esto no es relevante porque la gente consume más a influenciadores que a técnicos y especialistas.
Un sano ejercicio es lo que los americanos llaman DYOR (Do Your Own Research) o «hacé tu propia investigación/búsqueda», siempre dando prioridad a fuentes con respaldo científico o académico. Es muy probable que tu influencer favorito sea el mejor bailando y haciendo videos simpáticos, pero eso no te asegura que su contenido informativo sea fidedigno.
Hablemos de todo, hablemos bien, hablemos sin saber, pero el fin último tiene que ser la verdad y a la verdad solamente llegamos a través del conocimiento.
¿Qué profesión desarrollaremos durante esta semana?