¿Por qué no hay una campaña nacional para vacunar contra el dengue a la población? Parece una pregunta un tanto truculenta teniendo en cuenta que aún no hemos salido del todo del COVID 19 y la aplicación de las siguientes dosis de refuerzo parece el camino indicado al menos hasta tanto la enfermedad entre en su fase endémica, es decir, con pocos casos en estado latente.
El dengue forma parte de una trifecta bastante molesta junto con el chikunguña y el xica conocida como arbovirosis, una familia transmitida por el mosquito aedes aegypti. Sus síntomas son muy similares, su tiempo de incubación bastante parecido y la manera de combatirla es, por el momento y al menos en el Paraguay, la prevención con una serie de medidas de higiene ambiental de dominio general.
El Ministerio de Salud Pública tiene un observatorio del dengue muy preciso y actualizado.
En lo que va de 2022, registra 2.878 notificaciones entre confirmados, probables y sospechosos de los cuales 26 son casos de dengue y dos de chikunguña, con una concentración mayor entre Asunción, Guairá, Caaguazú, Central y Presidente Hayes. No se notificó, al menos hasta ahora, ningún fallecimiento por alguna de esas variables de arbovirus.
Nominalmente, ya hay en venta vacunas contra el dengue en el Paraguay. Su precio es de US$ 115 (Gs. 805.000) por dosis y la secuencia requiere tres aplicaciones. Sin embargo, el ministerio no ha emprendido, que sepamos, ninguna campaña de vacunación especialmente contra el dengue. Y sus razones tendrá. El suero específico contra el dengue se comercializa bajo el nombre CYD-TDV, fue desarrollado por la canadiense Sanofi Pasteur y comercializado bajo el nombre Dengvaxia. Aparte de su alto costo, algunos estudios tienden a relativizar su eficacia inmunizante. Uno de ellos, publicado por el BMC Infectious Diseases de EE.UU., establece que la vacuna contra el dengue mostró poca eficacia contra el dengue sintomático, especialmente contra los serotipos 1 y 2, que son los que circulan en el Paraguay. Los autores del informe anticipan que el impacto del uso de la vacuna CYD-TDV como estrategia de prevención primaria será limitado.
Esto explicaría la cautela del MSP para lanzar una campaña. Sin embargo, el uso de la vacuna está disponible siempre bajo estricta recomendación médica.
Lo que se dice, una decisión conjunta médico-paciente.