jueves, marzo 28, 2024
27.5 C
Asunción

Una noticia escandalosamente encubierta

Hace tiempo que los grandes medios de comunicación dejaron de ser “los perros guardianes” de los derechos fundamentales de la ciudadanía, para reconvertirse en socios estratégicos de los intereses de los más poderosos.

El último episodio de esta vergonzosa sumisión y traición a los deberes profesionales se vivió la semana pasada en Europa, cuando la mayoría de los medios pasaron por alto un hecho de enorme trascendencia: la comparecencia de las grandes farmacéuticas para dar explicaciones de su gestión, de sus promesas no cumplidas, de los resultados obtenidos. A pesar de que guardaron silencio ante la mayoría de las preguntas (algunas muy simples, como ¿por qué suspendieron un estudio sobre los efectos de las vacunas en embarazadas?, ¿por qué los países con mayor índice de vacunación son los que más muertos han tenido por coronavirus?), algo quedó en claro: la premisa sobre la que se basaron los gobiernos para suspender algunos derechos constitucionales de la ciudadanía era falsa. Las terapias génicas nunca detuvieron la pandemia -incluso no se puede descartar que la hayan acelerado- pero sí originaron graves (y mortales, en algunos casos) efectos secundarios para la salud, sin entrar a considerar la pobreza generada en gran parte de la población.

Muchas veces la verdad es difícil de aceptar, sobre todo cuando ella lleva implícita que no somos todo lo inteligente que creemos ser. Aceptar que hemos sido engañados por ignorancia, miedo y cobardía requiere de unos niveles de humildad extraordinarios, al alcance de pocos privilegiados. Pero el periodismo no puede renunciar a los hechos, ni a pedir explicaciones por ellos, por mucho dinero que esté en juego, por muchos mercenarios que anden sueltos dispuestos a traicionar lo más sagrado que hay en el mundo: la dignidad de la vida humana. Por eso aquí dejamos constancia de un sincero y profundo agradecimiento a Cristian Terhes y Sylvia Limmer, eurodiputados de Rumanía y Alemania, respectivamente, y a sus colegas que, después de la intervención de la portavoz de Pfizer en el Parlamento Europeo, enumeraron ante los medios de comunicación todas las falsedades, inconsistencias, manipulaciones y silencios de quienes se hacen llamar científicos y se enriquecieron de manera gigantesca jugando con la salud de la personas.

Pablo Álamo Hernández
Pablo Álamo Hernández
PhD en Economía y Empresa. Profesor internacional de la Universidad Sergio Arboleda y de la Univeridad de Columbia del Paraguay

Más del autor