La justicia despertó y hay un Gobernador bajo la lupa
Es un tema recurrente en la opinión pública el constante deterioro de la calidad de la representación popular. Desde la época en que los partidos políticos eran foros de debate para discutir candidaturas, programas y hasta proyectos de país, hasta ahora, hemos estado cayendo en un pozo cada vez más profundo. Elegir personas que representen el sentir y las esperanzas del ciudadano ante un acto electoral se ha vuelto un mecanismo puramente comercial, compuesto por un lado por caciques que concentran el poder; y por el otro los grandes capitales que desde la sombra -aunque cada vez más ante las narices del pueblo- se coaligan para asaltar el poder y, en nombre de la democracia, prostituirla hasta la misma raíz.
Así empoderados, los políticos de ocasión se creen inmunes para ejecutar las órdenes de su patrones disponiendo a manos llenas de dinero que no les pertenece y que ha sido dejado en el tesoro público por los contribuyentes.
En el caso de la Gobernación del Departamento Central -ya en proceso en sede judicial-, el esquema es uno de los más básicos que se observan en la administración del Estado, es decir, la formula de pagar por obras públicas que jamás se realizaron o se ejecutaron a medias. La irregularidad se configura cuando el librador del gasto simplemente se dedica a nombrar la obra o proyecto en cuestión, sin especificar característica alguna, sólo el monto presupuestario asignado. La Contraloría General ya venía siguiendo las huellas de este comportamiento típicamente depredatorio, encontrando flagrantes incompatibilidad entre lo proyectado, lo adjudicado y lo pagado. Este es el “procedimiento” preferido por los típicos vaciadores del tesoro público, sobre todo en sociedades en donde los controles y auditorías suelen caracterizarse por su flojedad o simple inexistencia.
En el caso que hoy nos ocupa, vemos que la CGR y la justicia han estado despiertos y ahora, el titular de la Gobernación enfrenta imputaciones graves por lesión de confianza, declaración falsa, producción de documentos no auténticos en el grado de autoría y de coautoría en el hecho punible de asociación criminal.
Tenía que suceder y es bueno que haya pasado. Un viejo refrán dice que tanto va el cántaro a la fuente… Es de esperar que la causa abierta hasta ahora en fase de imputación avance hasta las últimas consecuencias.
Es tiempo de acabar con los aventureros de la política.