A través de un taller llevado a cabo la semana pasada con la Dra. argentina en Ciencias Químicas, Susana Socolovsky, se brindaron en nuestro país charlas e ideas acerca de cómo formular la reducción de azúcares y calorías en los alimentos y bebidas en Paraguay.
El curso tuvo el objetivo de ofrecer herramientas y conocimientos necesarios para realizar los cambios pertinentes en las recetas o modos de preparación de los alimentos, haciéndolos con una menor cantidad de azúcar o sin azúcar agregada, directamente.
Desarrollándose el pasado 28 de octubre, el taller fue organizado por la Asociación Paraguaya de Tecnólogos de Alimentos (Aspatal), para instruir a la gente del área de la academia y también a personas del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (Inan), quienes también apoyaron el taller, para discutir distintas tecnologías en la sustitución de azúcar y calorías en alimentos y bebidas.
La Dra. argentina en Ciencias Químicas, Susana Socolovsky, PhD y experta en tecnología de alimentos, fue la principal disertante junto con otros especialistas y explicó que el taller surge porque en los países del Mercosur se está discutiendo hace tiempo la aplicación del etiquetado frontal en los alimentos.
La ley del etiquetado frontal buscaría destacar la alta presencia de azúcares, grasas saturadas y sodio, en los empaques de los alimentos, brindando también una indicación en los mismos para que las personas sepan de los excesos de estos componentes, que pueden ser nocivos para la salud.
“Hay un interés muy importante en la industria de alimentos y bebidas de mejorar la composición de alimentos que tienen altos componentes de azúcar, para ofrecer alimentos reducidos en este componente o incluso sin él. Estos entrarían en categorías como los lácteos, bebidas azucaradas, golosinas, galletitas, panificados, etc., con el objetivo de innovar y ofrecer alimentos más saludables”, explicó la Dra. Socolovsky.
Empezaron el taller hablando justamente acerca de cómo se hace la evaluación internacional de los sustitutos del azúcar, la cual depende de la OMS y la FAO, de modo que al consumir algún sustituto, una persona se encuentre plenamente segura que es totalmente apto para el consumo humano y también por parte de cualquier grupo etario, siendo así inocuo para toda la población.
Dra. Susana Socolovsky
LA SUSTITUCIÓN
Los polialcoholes, la polidextrosa y otros componentes que están aprobados por autoridades nacionales e internacionales, son algunas alternativas que se presentan como sustitutos del cuerpo del azúcar.
“La polidextrosa por ejemplo sustituye la función del azúcar a la hora de dar cuerpo a un budín o a una torta, incrementándose el dulzor con los edulcorantes no calóricos como la stevia o la sucralosa. Así, la mezcla del reemplazante del cuerpo y el sustituto del sabor permiten hacer un producto sin utilizar azúcar”, ejemplificó la Dra. Socolovsky.
La Dra. Socolovsky mencionó otro sustituto del azúcar, muy novedoso, pero aún no aprobado en Paraguay que se conoce con el nombre de alulosa; es azúcar por su composición química, pero el cuerpo no lo reconoce como tal, por lo tanto no aporta calorías a la dieta, pero sigue teniendo las funciones del azúcar en cuerpo y sabor.
“Estas herramientas son las que están apareciendo y en algún momento estará disponible en el Paraguay, haciendo de una manera mucho más fácil la sustitución del azúcar. Entonces, tecnologías hay varias y estaremos discutiendo cada una de ellas para su aplicación en diversas categorías de alimentos”, acotó la experta.
APERTURAS PARAGUAYAS
Desde el punto de vista de la Dra. Socolovsky, nuestro país está predispuesto e interesado en llevar a cabo alternativas y herramientas para formular la reducción del azúcar y las calorías en sus alimentos.
“Estos será aún más incentivado con la ley del etiquetado frontal o el probable acuerdo Mercosur acerca de una nueva normativa, que exigirá a los alimentos con altas cantidades de azúcar o grasas saturadas para etiquetar eso con un sello al frente del envase. Esta posibilidad permitirá aún más la disminución hacia la sustitución de todos los componentes mencionados en los alimentos y bebidas”, mencionó.
Para la Dra. Socolovsky, en poco menos de un año probablemente nuestro país ya cuente con productos bien establecidos que sean sustitutos del azúcar y estén al alcance de todas las personas, no exclusivamente para el uso industrial.