Los candidatos no hablan de lo que realmente importa
Tal como van las cosas, y escuchando las “propuestas” de los que quieren gobernar los municipios que la integran, Asunción y el Área Metropolitana (AMA) avanzan hacia la insostenibilidad en todos sus indicadores.
Podríamos comenzar hablando de planificar y sectorializar el crecimiento urbano, pero es mejor no hacerlo. Cualquiera puede construir cualquier cosa el cualquier lugar, desde una torre de departamentos hasta un taller mecánico pasando por un boliche ruidoso o una estación de servicio. Si se tiene los contactos, y los recursos financieros “apropiados”, eso de la zonificación urbana es el cuco para los tontos.
En cobertura de servicios básicos, se supone que el 80% dispone de red de agua potable aunque las cañerías han vencido hace años y las pérdidas superan el 40%. Cualquier empresa que tenga semejante pérdida del producto que vende estaría en quiebra. Pero Essap es empresa pública, así que… En cloacas, el panorama es tétrico. Seguimos casi como en la era de Juan de Salazar y Espinoza, cavando pozos por todos lados. Sólo el 21% del AMA está conectado a cloacas con un mínimo minimorum de tratamiento de aguas negras, impresentable a nivel latinoamericano. Barranquilla tiene 98% de cobertura, Montevideo 87%, Salta 90%, Cochabamba 65% y mejor no seguir trayendo ejemplos porque nos llenan de vergüenza.
La circulación por el AMA va directamente al colapso. La crónica ineficiencia del transporte público ha estimulado el automóvil privado y las motos, siendo el servicio público apenas el 1,2% de todo el parque rodante. Resultado: congestiones y reducción de la velocidad de circulación que baja en horas pico a un promedio de 10 kilómetros por hora. A esta encerrona han escapado ciudades con gobiernos inteligentes y previsores. A la alternativa coche particular-transporte público se oponen el carsharing (compartir vehículo a través de una plataforma digital), carpooling (viajar varias personas en un mismo vehículo al mismo destino), bicicletas con pedaleo asistido, patinetas y demás recursos. El panorama en las ciudades europeas ha cambiado drásticamente, con calles despejadas, excelente transporte público, áreas extramuros de parqueo y mucho espacio para caminar. Imaginar algo así por aquí sería como poner un hombre en Marte.
Pero los candidatos hablan, parlantean y sonríen estúpidamente desde sus pancartas y flyers. Nada más.
