- El ciudadano que se cree de oro. Es el ciudadano que siente merecerlo todo. Un ser que se cree inmaculado frente a los políticos corruptos e ineficaces. Pero también frente a sus semejantes ciudadanos. Se cree superior al político a quien desprecia. Es el ciudadano que espera que se le rinda pleitesía porque paga impuestos. El que, con un trago de más, es insoportable. Ah, y no necesariamente es tan virtuoso como quisiera que fueran sus políticos.
- El ciudadano sentado. Es el ciudadano pasivo. El que ve el partido desde las gradas y no quiere jugar. Es el que solo espera. El que no se compromete y ve pasar a la política de lado. Deja que otros decidan por él. Es el que no vota. El que le da igual todo. Es un egoísta pasivo. Siempre está sentado esperando a que sucedan las cosas.
- El ciudadano quejoso. Es el ciudadano que hace de la queja una religión. También un modo de vida. No está conforme con nada. Se queja de los maestros, del chofer del autobús y de su selección de fútbol. Se queja del clima, de los partidos políticos y de sus vecinos. Para él, ningún gobierno hace nada bien. Generalmente este tipo de ciudadano nunca participa en nada.
- El ciudadano apolítico. Es un ciudadano cómodo. Pregona que no cree en la política, y que por ello no participa. Es el ciudadano favorito de los políticos. ¿Por qué? Porque les deja todo el espacio para ellos. Entre menos se metan a la política los ciudadanos, con más impunidad actúan los políticos.
- El ciudadano juez. Juzgar no es exclusivamente un asunto de jueces. Ni de dioses. También existe un ciudadano que todo lo juzga. Todo lo sentencia. Es implacable en sus opiniones. Siempre está hablando de un pasado glorioso en el que se hacían bien las cosas. Es un ciudadano verbal, más que un ciudadano de acción.
- El ciudadano político. Es quien ejerce la política a través de los instrumentos tradicionales como los partidos, congresos o gobiernos. También participa en sindicatos, asociaciones cívicas y movimientos sociales. Es un tipo de ciudadano proactivo.
- El ciudadano. Es el ciudadano sin adjetivos; un ciudadano en todo el sentido del término. Es aquel que sabe que para tener derechos hay que cumplir con sus obligaciones. Generalmente participa y se compromete. Es el ciudadano- minoría. No se atiene a lo que hacen o dejar de hacer sus gobiernos. Es el que no tolera la mediocridad de sus políticos. Y es quien tiene todo el derecho a decírselos.
Siete tipos de ciudadanos que debe conocer el político
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