Lo que estamos viendo es un relajo de la seguridad, también habitual en tiempos electorales.
Todo esto hace parte de un guión que ya conocemos. Sólo hace falta que roben un camión de caudales para terminar de escribir el guión habitual en estos tiempos electorales en el Paraguay. Sí además de no combatir la seguridad, vemos que hay una complicidad de todo el aparato estatal que debería combatirla, la situación para el ciudadano común es una indefensión extraordinaria.
Hoy, caminar por las calles de nuestras ciudades es un verdadero peligro, y las cámaras que muchas de las casas tienen se han convertido en el factor principal que puede identificar a los actores de hechos criminales.
Ya la información de la policía o el interés de ella en combatir este tipo de acciones ha quedado muy en segundo plano, y cuando hay elecciones, queda todavía en un lejano tercer o cuarto plano.