Agencia IP.- Un día como hoy, el 26 de abril de 1973, se plasmaba el documento que cambiaría la historia de Paraguay y Brasil, cuyas diferencias limítrofes encontraron la solución en una monumental obra para el aprovechamiento hidroeléctrico de los recursos hidráulicos del río Paraná, perteneciente en condominio a los dos países, desde e inclusive el Salto del Guairá o Salto Grande de Sete Quedas hasta la desembocadura del río Yguazú.
La suscripción del tratado tuvo lugar hace 49 años en el Palacio de la Meseta, en Brasilia (Brasil), e intervinieron los entonces presidentes de Paraguay, General de Ejército Alfredo Stroessner, y de Brasil, General de Ejército Emilio Garrastazu Médici. El documento estableció las bases para la construcción de la mayor planta hidroeléctrica en generación de energía del mundo.
El Tratado de Itaipu fue aprobado en el Paraguay por Ley N° 389 del 17 de julio de 1973, y por el Brasil por el Decreto Legislativo N° 23 del 30 de mayo de 1973.
Al mismo se lo considera como referencia en acuerdos binacionales; tras su ratificación en los respectivos congresos fue creada la empresa Itaipu Binacional en mayo de 1974 para construir y dirigir la usina. Posteriormente, ese mismo año, las primeras máquinas comenzaron a llegar a la cantera de obras para iniciar el megaemprendimiento.
Además de los lazos de fraternal amistad entre Paraguay y Brasil y el interés común de concretar el aprovechamiento hidroeléctrico de los recursos hidráulicos del río Paraná, propiciaron la firma del Tratado de Itaipu el cumplimiento de lo establecido en el Acta Final firmada en Foz de Yguazú, el 22 de junio de 1966, en lo que respecta a la división en partes iguales, entre los dos países, de la energía eléctrica eventualmente producida en el tramo referido.
Asimismo, se tuvo en cuenta lo dispuesto en el Artículo VI del Tratado de la Cuenca del Plata; lo establecido en la Declaración de Asunción sobre el aprovechamiento de ríos internacionales, del 3 de junio de 1971, y los estudios de la Comisión Mixta Técnica Brasileño Paraguaya constituida el 12 de febrero de 1967.
A través de esta alianza, se convirtió en el ejemplo de cooperación solidaria entre dos naciones, que decidieron que sus límites sean la piedra angular de la Central Hidroeléctrica, para unir, en vez de dividir, y ser una obra récord, por la magnitud y por las características únicas que ostenta.
Estructura del Tratado
La Binacional se rige por los cuerpos normativos que le dieron vida, en este caso, el Tratado con sus 25 artículos y los tres Anexos, de los cuales surge. El Anexo A, comprende el Estatuto que fue aprobado en 1986 y continúa vigente en sustitución del originalmente establecido en el año 1973.
El Anexo B, que incluye la Descripción General de las Instalaciones destinadas a la Producción de Energía Eléctrica y de las Obras Auxiliares. El Anexo C, que establece las Bases Financieras y de Prestación de los Servicios de Electricidad de Itaipu.
Colosal obra
La usina posee 20 unidades generadoras, de las cuales diez generan en 50 Hz, que es la frecuencia paraguaya, y diez en 60 Hz, frecuencia utilizada en Brasil.
Los increíbles números de la Binacional siempre motivaron impresionantes comparaciones, como por ejemplo que los 60 millones de metros cúbicos de tierra y roca excavados en la central hidroeléctrica, llenarían una fila de camiones volquetes de 128.000 kilómetros de longitud, que corresponde a tres veces la circunferencia del planeta Tierra.
En los casi 38 años de generación, desde el 5 de mayo de 1984 hasta la fecha, la producción acumulada de energía de Itaipu ha sido de unos 2.849.005 GWh.