Aprender a identificar y gestionar lo que sentís constituye un factor clave para adquirir inteligencia emocional y esta a su vez contribuye no solo a un buen relacionamiento consigo mismo, sino también en la manera que nos comportamos con las demás personas.
Teniendo en cuenta un material publicado por la BBC, la inteligencia emocional (IE) puede significar la diferencia entre comportarse de una manera socialmente aceptable y estar fuera de lugar en una situación social determinada.
Es decir, puede marcar la diferencia entre un buen o un mal funcionamiento social. Aunque la mayoría de la gente habrá oído hablar de la IE, pocos saben cómo detectarla en sí mismos o en los demás.
Por su parte, Carlos Rönnebeck, especialista en inteligencia emocional, comentó que el psicólogo Daniel Goleman es el principal expositor sobre el tema y mencionó que la IE representa la capacidad de los seres humanos de entender, comprender y gestionar sus emociones.
“Sin embargo, una conceptualización con la cual me estoy identificando mucho es que la IE se resume en emociones y razones para buenas decisiones y relaciones. A veces se utiliza la palabra equilibrar y no estoy de acuerdo porque, desde mi punto de vista, en realidad consiste estar en el lugar correcto y el equilibrio en realidad implica estar en el lugar adecuado”, determinó el especialista.
Así también, indicó que muchas veces el equilibrio se enfoca mucho en lograr el 50-50 entre lo que sentimos y lo que pensamos, cuando en realidad debemos estar en la razón cuando sea necesario y en la emoción cuando esto lo requiera.
“Esto pensando específicamente que somos seres emocionales porque nosotros sentimos más de lo que razonamos. Las emociones son como un perro guardián que está atento a las cosas que ocurren a nuestro alrededor”, explicó.
Carlos Rönnebeck
CÓMO DESARROLLARLO
Rönnebeck consideró importante recalcar que la inteligencia emocional se hace, se practica, no es posible teorizarla únicamente, se debe llevar a cabo día a día y en ese punto es importante la gestión emocional. Erróneamente muchas personas quieren controlar sus emociones cuando no debería ser así; en realidad lo que se controlan son las reacciones.
“Primero, para desarrollar la IE, se deben aceptar todas las emociones y comprender que son parte de nuestras vidas; en lugar de decir que no está mal llorar, enojarse, o entristecerse, deberíamos preguntarnos cuánto tiempo queremos estar de esa manera”, aseveró.
Prosiguió diciendo que por ello no se debe rechazar ninguna emoción y tenemos que aprender a reconocerlas, otorgándoles también el nombre correcto: ¿lo que sentís en realidad es una molestia o preocupación? porque ambas cosas se procesan de manera distinta.
“Igualmente, la inteligencia emocional tiene otras dos inteligencias nuevamente: la intrapersonal (con uno mismo) y la interpersonal (con los demás), entonces también resulta clave reconocer y aceptar las emociones de la otra persona, sin minimizarlas o anular lo que siente el otro”, destacó.
AYUDA PROFESIONAL
Más allá de todo el ejercicio que puede aplicar una persona para llevar a cabo el desarrollo de su inteligencia emocional, el especialista aclaró que los profesionales de la salud mental también pueden ejercer un rol esencial a la hora de saber cómo gestionar las emociones y pensamientos.
“Siempre digo que resulta increíble la capacidad que tienen muchos para autodiagnosticarse un montón de cosas. Hoy se toma muy a la ligera los trastornos, por lo cual muchas personas dicen que padecen ansiedad sin haber consultado con un profesional”, comentó.
Entonces, Rönnebeck, acudir junto a un psicólogo o psicoterapeuta constituye un paso esencial para el mantenimiento de la inteligencia emocional, así como también para el tratamiento de cualquier tipo de malestar que pueda generarse por diversos motivos.