En consonancia con sus enérgicas y rígidas expresiones en la Cámara de Diputados, características de su rasgo opositor, la parlamentaria Celeste Amarilla (PLRA) también aprovecha su elegante y colorida indumentaria para sentar postura entre sus colegas. Colores vibrantes como el verde, naranja o violeta, en tonalidades muy cercanas al neón, caracterizan casi siempre a la vestimenta de la política liberal.
Mariela Báez, consultora de imagen, destacó que la parlamentaria busca establecer a partir de su indumentaria que no “tiene un estilo clásico” y, por este motivo, opta por combinar colores “completamente opuestos” dentro de la paleta de tonalidades.
“Entre sus atuendos vamos a ver, por ejemplo, los colores fucsia con un verde o un naranja con blanco. Esto es tendencia, y no es algo atemporal. Esto es moda. Ahora, se utilizan las combinaciones en colores muy extremos. Sus elecciones me dan la lectura de que ella está apostando por mostrar una imagen actual y dejar en claro que no tiene un estilo clásico”, recalcó.
En esta misma línea, la experta señaló que los tonos de la vestimenta constituyen un medio de comunicación “sumamente importante”, que se utilizan como un reflejo de la personalidad.
“Los colores son elegidos, en la mayoría de las veces, desde nuestros estados de ánimo y lo que queremos comunicar. La gama de matices que utiliza la diputada dan cuenta de que ella quiere ser observada. Su ropa habla de su personalidad. Vemos que ella es muy verborrágica y, entonces, estos colores guardan relación con su forma de ser”, explicó.
NO ES INCORRECTO
La consultora de imagen expresó que, aunque los atuendos de la diputada resulten vibrantes, no “se encuentran fuera de lugar”. “Todas podemos mostrar diferentes estilos, no porque sea diputada tiene que estar siempre vestida con colores aburridos o atemporales”, sostuvo.
Mariela Báez agregó que “no veo sus looks como algo malo. No obstante, optaría por una selección más clásica, que se adecue a la realidad social del Paraguay”, afirmó.
MENOS ES MÁS
La experta recordó que, buscando el equilibrio ideal, “menos es más” en el campo de la imagen personal.
“Debemos asumir que nuestra imagen es una herramienta. Uno elige finalmente qué es lo que quiere comunicar a partir de su imagen. Esta estrategia de comunicación tiene que estar basada siempre en un sentido de ubicación de acuerdo a nuestros roles y los lugares a los cuales vamos. A partir de ahí, se tiene que generar la elección de nuestras prendas y la imagen que queremos compartir con el mundo. Creo que es un arte poder usar esta herramienta de la imagen como un medio de comunicación”, manifestó.
Finalmente, la consultora de imagen refirió que más allá de “ostentar” los looks, la legisladora debe enfocarse en su gestión parlamentaria y servir como “la voz del pueblo”.
“Hoy ella está volcando la mirada hacia su ropa y lo que tiene que hacer es volcar la mirada hacia su gestión”, concluyó.