“Este trabajo es solo para mujeres y este solo para hombres”, seguro en muchas ocasiones escuchaste esa frase, pero lo cierto es que en el mundo entero las mujeres están posicionándose cada vez más en trabajos que tradicionalmente eran de hombres y las vemos tomando el mando en la construcción, en el transporte, piloteando una aeronave, conduciendo camiones hasta altas horas de la noche, ganando medallas en diferentes deportes, en fin, conquistando espacios de decisión y rompiendo tabúes.
En su día, este diario quiso hacer un pequeño homenaje a todas esas mujeres paraguayas valientes que con su dedicación diaria demuestran que no hay barreras que no se puedan romper, ni sueños que no se puedan conseguir.
Ana Paula Céspedes siempre supo que quería ser piloto y tomar el mando entre las nubes. Desde pequeña fue su sueño, pero realmente después de terminar el colegio con firmeza dijo que era lo que quería hacer con su vida.
“Mi papá también es piloto y cuando íbamos al aeropuerto no podía dejar de mirar los aviones, a veces iba a la cabina junto a mi padre teniendo 4 o 5 años y ya preguntaba para qué servía cada botón, no entendía nada, pero para mí era sensacional”
Agregó que hoy en día hay muchas mujeres pilotos y también estudiando para serlo, realmente cree que querer es poder y eso es lo que marca la diferencia. El campo de la aviación se abrió mucho para las mujeres.
Para Ana Paula volar conlleva una serie de sensaciones inexplicables, una mezcla de emociones, adrenalina y paz al mismo tiempo. “Es la libertad más linda que conozco”. Su profesión significa tener coraje y saber lo que estás haciendo, dejar un poco el maquillaje de lado y mancharte con aceite de vez en cuando.
A decir de la piloto, las mujeres del siglo XXI son trascendentes y cree que esa es la mayor característica. “Desafíos siempre hay, pero creo que el mayor sería confiar en que se puede y que la meta está para ser cumplida, a veces por comentarios ajenos creo que no se llegan a cumplir, entonces es uno de los desafíos más grandes”, señaló.
“Los sueños están para ser cumplidos, si alguien te dice que es imposible simplemente intenta otra vez, algún día lo vas a lograr. Anímense a hacer eso que les gusta, si otro pudo, vos también podes”, enfatizó.
QUERER ES PODER
Otra de las mujeres poderosas que luchan cada día por cumplir sus objetivos es Diana Ramírez, una mecánica que no cree en la palabra imposible y cada día demuestra que los tabúes están para romperlos.
“Nada hace a la mujer más hermosa que creer firmemente en lo que es capaz de hacer, dejar salir ese miedo, no limitarnos, simplemente creer que podemos ir tan lejos. Mi frase siempre es: quiero, puedo y me lo merezco”, dijo la mecánica.
Para Diana la lucha que las mujeres que hacen trabajos que tradicionalmente eran de hombres enfrentan a diario es la desconfianza. “Nos creen incapaces, pero es ahí donde debemos de sacar lo mejor de nosotras”.
Desde pequeña se crió entre los fierros, su padre es mecánico y su familia está metida en el mundo automotor. “De pequeña lo tenía en mente, pero no creí que podría lograr posicionarme en este mundo, no me tenía fe, porque muchas personas me decían que no era para mí, en cambio a mi lado tenía a mis padres, profesores y familia que me decían lo contrario”.
“Me gusta todo lo que hago, pero lo que me teletransporta es desarmar y armar los motores, es un viaje de ida porque requiere de mucha concentración, inteligencia, delicadeza y paciencia”.
NO EXISTEN DIFERENCIAS
En el deporte, las mujeres paraguayas también demuestran su coraje, a la árbitra Nancy Fernández su profesión le da hoy una felicidad indescriptible, algo que ni en sus mejores sueños pudo visualizar. “Siento un orgullo de saber que pude llegar a cumplir todo lo que viví hasta hoy resaltando el esfuerzo, sacrificio y dedicación que me llevó a obtener todo”.
Todo empezó en el 2004 cuando ingresó al curso de aspirantes a árbitros de la APF, se recibió en el 2005 y trabajó 3 temporadas, luego lo dejó por 7 años, fue mamá de 2 hermosas nenas y volvió en el 2017.
“A las mujeres en este siglo las caracterizo por ser valientes, dedicadas, con ganas de ocupar lugares que antes no teníamos demostrando capacidad y buen desempeño. Los jugadores no sé, pero de mis compañeros recibo siempre un apoyo incondicional, consejos para ir creciendo y mejorando día a día”, afirmó Nancy.
Destacó que la confianza en una misma es más que importante. “Saber que podemos lograr todo lo que nos proponemos demostrando lo que somos y lo que valemos, más aún demostrando nuestro trabajo y que no existen diferencias entre hombres y mujeres. Trabajo, esfuerzo, dedicación y confianza son las claves para el éxito. Mientras estemos mentalizadas que podemos lograr lo que nos propongamos podemos ganarnos el mundo entero”.
DETRÁS DEL VOLANTE
Tania Sosa es una conductora que forma parte de la familia de la empresa de transporte Magno S.A Línea 12. Detrás del volante, Tania se siente poderosa, con mucha autoestima.
“No es fácil incursionar en un trabajo donde se cree que es para varones, necesitamos más coraje. El 99% de los conductores se muestran más reacios al tener una compañera mujer, pero a mí la mayoría de mis compañeros me recibieron muy bien y me enseñaron mucho”, afirmó Tania.
Contó que hay un porcentaje, aunque mínimo, de hombres que no quieren que les lleve una conductora mujer, cuando se suben al colectivo y se dan cuenta que Tania es una chica, se bajan.
“Hace años que me gusta conducir, incluso nadie me enseñó a conducir mecánico, yo sola aprendí y siempre quise probar con vehículos de gran. Se me dio la oportunidad porque encontré el posteo en redes de la empresa Magno, envié un mensaje y enseguida me respondieron. Tenía la duda porque nunca conduje vehículos así, pero me abrieron las puertas y me enseñaron de 0”, comentó la conductora.
Para Tania la satisfacción es diaria, ya que conducir vehículos de transporte público es muy estresante y cuando los pasajeros le tiran buena onda y le hacen sonreír, siente que todo vale la pena.
“Los pasajeros me mensajean, me dicen que suerte que viajan conmigo, me levantan el ánimo”.
CONFIANZA EN SÍ MISMA
Para alcanzar altos puestos en el deporte paraguayo y romper los esquemas es importante el apoyo de directivos y gracias a su esfuerzo y excelente trabajo, Epifania Benítez contó con tal apoyo y hoy es Directora Técnica de las Selecciones Femeninas de Paraguay
Para Epifania todo ha sido un proceso de mucho aprendizaje, le dio confianza en sí misma y demostró que podía hacer algo que antes era solo de hombres.
“Yo estaba estudiando Ciencias del Deporte en la Universidad Autónoma y una lesión me dejó fuera, por eso el director en aquel tiempo, para que yo no perdiera la beca, me llevó a dirigir la selección juvenil de la universidad. En aquella época pensé ¿qué les voy a enseñar si soy solo una jugadora? Empecé a investigar y comenzó a gustarme mucho el hecho de enseñar”.
Para ella, lo que más le ha dejado su profesión son los valores adquiridos y transmitírselos a las jugadoras. “Las chicas me dan las gracias por haber ayudado a que lleguen lejos y eso es lo más gratificante para mí”.
Finalmente, afirmó que las mujeres deben saber que no son poca cosa, que cada una tiene una habilidad que las hace especial para conseguir lo que quieren. “Podemos romper barreras y cumplir nuestros sueños”, concluyó Epifania.