Asunción sin perspectivas de evolucionar en lo urbano.
Es inaceptable que la gestión de los espacios públicos de dominio municipal, siga estando ausente. Y más inaceptable aún si se tiene en cuenta la cantidad de proyectos de desarrollo orgánico que juntan polvo y telarañas en los archivos de la Intendencia Municipal.
Venimos sosteniendo tanto en 5días como en El Independiente, que el patrimonio inmobiliario del que dispone el municipio debe ser administrado organizadamente y no a los tumbos, como ocurre hasta ahora.
El proyecto Franja Costera, asociado a las 1.389 hectáreas del bañado norte, estuvo en danza hasta entrada la segunda década del siglo para quedar abandonado. Luego, durante la presidencia de Horacio Cartes, se ideó un plan de reasentamiento de pobladores del bañado sur mediante la construcción de una avenida de cuatro carriles para unir la calle Colón con el cerro Lambaré, el relleno de amplias áreas con el desarrollo de nuevos barrios donde ubicar centenares de familias habitualmente desplazadas con cada inundación. Las costaneras, en sus dos versiones, fueron realizadas por cuenta del Gobierno central, generando desplazamientos de pobladores, dando acceso a nuevas áreas muchas de ellas inhabitables y enlazando ambas avenidas con conexiones viales como la Transchaco y el viaducto del Botánico, con un impacto de circulación automotor incalculable.
Nunca administración municipal alguna fue capaz de encarar un proyecto de aprovechamiento integral de las miles de hectáreas de su patrimonio. Y si existe, nunca se lo presentó en sociedad. Se ignora si está prevista la recuperación orgánica de áreas habitables, fijando reservas naturales, el reasentamiento de pobladores, nuevas áreas residenciales, sectores comerciales, áreas de esparcimiento, etc. Ese plan debería incluir una estimación de la revalorización inmobiliaria de terrenos municipales que genere fondos para financiar obras y contribuya a la creación de empleo genuino. El emprendimiento debe contemplar la solución total de los desagües pluviales y cloacales de la ciudad, con plantas de tratamiento de efluentes además de la que ya está en fase final de construcción.
Pero nada de eso se conoce. Asunción sigue en manos de diletantes, a golpes de improvisación, sin evolución urbanística a la vista y reducida a pagar salarios.
Peor panorama es imposible imaginar.