- Gestiona tu cara y gestionarás tus emociones.
(Cuando no tengas ganas de reír, si sonríes, al rato estás feliz. Funciona porque la cara le manda mucha info al cerebro). Mientras dura todo lo que es la contracción muscular, como cuando uno arruga la frente, en el momento en que el cerebro da la orden de arrugar pero ve que el músculo no le responde, ese mensaje de vuelta al cerebro le dice: aquí hay algo que no está bien. Y la sonrisa tiene una capacidad muy reconocida de producir un impacto muy profundo en lo que se llama la parte prefrontal izquierda.
Estás de mal humor? Te acaban de dar una noticia mala… le ordenas a tu cara que sonría, y el cerebro se queda en un estado de confusión, porque está experimentando ese sentimiento de enfado, pero el cuerpo no le sigue. Si tu mantienes esa sonrisa, sobre todo, si consigues que ésta sea más auténtica, contrayendo el rabillo del ojo (el contorno), llegas realmente a engañar al cerebro. Personas que por 2 semanas se sanan …
Podríamos tener un poco más de protagonismo en nuestra vida… estos cambios no suceden de la noche a la mañana, requieren entrenamiento… podemos tomar 2 actitudes en la vida: una, reaccionar ante las circunstancias, por ej, me encuentro con una persona simpática y me pongo de buen humor, o me encuentro con una antipática y me pongo de mal humor… o elegir tener un poco más de protagonismo en nuestra vida y decidir no reaccionar, sino a responder. Esto requiere entrenamiento, no sonreír sólo a aquellas personas que te caen bien, sino elegir hacerlo con aquellas que te es desafiante sonreír. Tarea: sonreír a personas que no te son agradables.
- Conversación interior.
Usa tus conversaciones interiores para apoyarte y no para anularte. El diálogo interior donde nos auto envenenamos, tiene la capacidad –demostrada- de matar neuronas, es un tóxico muy venenoso para nuestro cerebro, genera cortisol y glutamato. No debemos dejarnos envolver por la negatividad que nos generan estas conversaciones. Tarea: cada día, cuando notes una emoción tóxica, reconócela trabaja cada una de esas emociones de a una. ¿Qué va a suceder? Te vas a dar cuenta de quien manda eres tú, no son esas emociones tóxicas que te arruinan la vida, el auto gobierno, esa capacidad de gobernar, de gestionar tu vida.
- Nadie tiene tanto poder en tu vida como tú mismo.
“Nadie puede hacerte sentirte inferior sin tu consentimiento” (Eleonor Roosvelt). No podemos tolerar el ruido mental (la jaula de grillos), porque nos puede meter en un pozo. El agradecimiento obliga a tu atención a fijarse en algo positivo, gente que me quiere, que me ha apoyado, que me ha dado confianza, que me inspiran, cosas que me han sucedido en la vida que me han hecho creer en mis posibilidades, etc., estas cosas hacen que la atención cambie, que cambien las emociones. Una semana, 3 veces al día, 5 minutos, llevar la atención a aquello que te inspira, que te alienta, que te emociona y sentirlo de verdad, de tal forma a impactar al subconsciente.
- Neuroplasticidad.
Si lo puedes imaginar lo puedes crear. Si imaginamos nos vemos en esa situación, empiezan a suceder cambios en el cerebro. Inducir un estado emocional que tenga la capacidad de alterar el comportamiento de las neuronas.
En lugar de enfocarnos en lo que no tenemos, nos enfocamos en lo que queremos conseguir, hay un proceso de movimiento de células madre que empiezan a convertirse en neuronas. Las neuronas que ya están cambian sus ramificaciones, de tal manera que empiezas a generar dentro de ti esa capacidad que te permite, que te ayuda a hacer frente a esos desafíos con mucha más soltura, con mucha más seguridad, no es una fantasía, es el uso de la imaginación. La imaginación es la cualidad fabulosa del ser humano para cambiar una realidad.
Recordar: nuestra obsesión no tiene que estar en conseguir “ese” resultado ideal, sino en aflorar nuestra mejor versión. Tal vez en ese momento no lo consigas, sin embargo te sentirás más tranquilo, más seguro, más capaz. Ir generando esas condiciones internas para que poco a poco nuestras posibilidades de éxito sean cada vez mayores.