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No seamos ingenuos

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¿Qué puede esperar una nación, un ciudadano, si no puede confiar en su administración de justicia? Para una inmensa porción de paraguayos, su metro cuadrado cotidiano no pasa por saber en detalle qué es la Corte Suprema de Justicia y de qué manera podría llegar a modificar su vida. Mucho menos, tener idea de quiénes la componen y, aún menos, cuál es su comportamiento personal, su calidad ciudadana y su calidad profesional.

De pronto, esos ciudadanos se enteran que de ese limbo poderoso e influyente rezuma una especie de baba de características a cual más repugnante, la corrupción. La contaminación atmosférica en el Palacio de Justicia es tal que los exclusivismos magistrados del más alto tribunal de justicia de la República tuvieron que exigir a su causante que abandone el recinto. Demasiado tarde. La peste llegó a todos los rincones palaciegos y seguramente la habrán estado respirando todos desde años atrás. Claro que por ese fenómeno de permanente adaptación que caracteriza a la especie humana, la fetidez se volvió costumbre y hasta “respirable”. Una vez más tuvo que ser la prensa investigadora la encargada de descargar chorros de oxígeno a presión sobre algunas cuevas en las que se acumulan los más hediondos efluvios de la coima, el soborno y los negociados de vinculación política que impregnan la atmósfera de la justicia.

Pecaríamos de una inadmisible candidez si creyéramos que con el apartamiento del ministro Antonio Fretes de la Corte Suprema las tinieblas se disiparán y el sol volverá a infiltrarse hasta en el último y más recóndito recinto tribunalicio. Será, como dicen los economistas, un paso necesario pero no suficiente en la dirección correcta. Algo es algo.

La justicia compone un medioambiente muy diverso en el que se mezclan sitios habitables y salubres con pantanos y esteros llenos de arenas movedizas permanentemente cruzadas por alimañas de todos los tamaños y grados de peligrosidad. Lo que queda meridianamente claro es que el saneamiento de esos recintos judiciales no se hará desde adentro, porque la opacidad es su eterno modus operandi. Será necesario seguir imponiéndose desde afuera, acción que nunca como ahora queda en manos del periodismo de investigación libre de ataduras y condicionamientos.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.
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