El debate reciente en el Congreso, donde perdió la propuesta de sacar la discrecionalidad y opacidad al manejo de esos recursos a Itaipú, se explica en la variopinta cantidad de grupos, personas e instituciones que recibió recursos en los últimos tres años.
La nómina va desde jueces y fiscales pasando por organizaciones internacionales, asociaciones como la ARPl y la UIP, iglesias de distintas denominaciones, universidades, músicos, grupos de jóvenes.. con un denominador común: absoluta discrecionalidad y ausencia de controles.
Las cifras millonarias involucran a personas cercanas al Gobierno anterior y al actual. Es posible observar que en la medida en que se alineaban los intereses personales de sus directivos con los del gobierno el dinero fluía de manera generosa. Un alto grado de hipocresía es posible observar en algunos sectores cuya actividad crítica no se compadecen con la incoherencia de los recursos que eran recibidos de manera constante y permanente.
Presupuestos generosos recorrían todo el arco social paraguayo con recursos que sostienen vigorosamente un sistema político corroído por la corrupción y la falta de transparencia. Montos siderales con mendrugos se entremezclan en varios momentos y sirven para demostrar cómo se compraban los silencios y se consolidaron las complicidades.
El presidente de la academia de la lengua española, el ex canciller Jose Antonio Moreno Rufinelli financiaba su institución con fondos de Itaipú y la ong de su hijo Cedep recibía al mismo tiempo generosos recursos mientras sus parientes cercanos servían al gobierno de Cartes desde funciones encumbradas como el banco central, la procuraduría general de la república o el banco de fomento. Moreno Rufinelli ha sido uno de los prominentes nombres unido al malhadado tratado de Itaipú de 1973.
La discrecionalidad del manejo de los fondos es notablemente sugerente de la profundidad de las complicidades que este sistema de falta de transparencia prohija y estimula. La ley de acceso a la información pública no ha servido de mucho ya que estos datos era celosamente guardados bajo 7 llaves hasta que nuestro diario tuvo acceso a los mismos para mostrar cómo los recursos públicos son administrados de manera obscura estimulando a su paso la corrupción muy cuestionada incluso por muchos de los que aparecen en la lista como beneficiarios de los fondos socioambientales de Itaipú, eufemismo que esconde la complicidad de varios sectores sociales del Paraguay.
La Universidad Católica recibe anualmente la mitad de su presupuesto de Itaipú con lo que se confirma que es su mejor alumno al igual que importantes montos para el arzobispado a cargo del Obispo Edmundo Valenzuela cercano al ex presidente Cartes. Con esos montos se pagan cursillos de cristiiandad, a los adventistas y casi medio millón de dólares al vilipendiado organismo de la ONU de la «entidad de igualdad de género y promoción de la mujer» a la que los cartistas le endilgan ser parte de una promoción diabólica contra el Paraguay sin embargo recibió generosos fondos de Itaipú durante la administraciòn anterior y en esta a pesar de que en semana la ANR se declaró contraria a sus métodos y operaciones. Al padre Trento no le alcanzó el salario que mensualmente Cartes le pasaba y su organización recibió además millonarios montos durante el gobierno anterior. No se escapan de los generosos recursos ni el PNUD y menos la Unicef, la OEI, el Smithsonian o el World Wild Foundation a todos les toco algo de los fondos nuestros. «Paraguay educa» y el Pacto global (integrado por ricos empresarios) no faltaron tampoco a la repartija de fondos, hubo hasta recursos para la Embajada de Italia (!!). Además a los jesuitas de fé y alegría, los becarios fulbright del Paraguay, y por supuesto los clásicos: fundaciòn Moises Bertoni y Guyra Paraguay grandes expertos en la consecusiòn de fondos también levantaron la mano para recibir el generoso dinero de Itaipú.
El conflicto de interés en muchos de los casos parece ser irrelevante y esta circunstancia le saca fuerza a los reclamos que el país debe hacer en la renegociación del Anexo C con el Brasil. Un gasto discrecional, arbitrario y corrupto le saca legitimidad a muchos de nuestros reclamos. Los números de Itaipú reflejan la sólida alianza local e internacional con los modelos que fomentan y estimulan la corrupción. La Cámara de Comercio paraguayo-brasileña ha recibido grandes recursos para sus actividades a pesar de estar integrada por los empresarios más ricos de la soja y otros negocios.
Esta usina de la corrupción no puede seguir manejada de esta manera. Discrecionalidad, opacidad, y falta de controles solo estimulan la corrupción sobre la que se sostiene el débil cimiento de la democracia paraguaya. Estos datos que iremos publicando en esta exclusiva del diario demuestran las profundas relaciones de favores que existen entre sectores sociales tan variopintos a nivel local e internacional.
