La pandemia del Covid-19 en Paraguay pareciera no existir, las imágenes de festines, fiestas hasta el amanecer u otras violaciones de las medidas sanitarias reflejan lo que hoy son las estadísticas, un repunte de contagios y con la ocupación de camas a topes en el sistema público. El inconveniente no es que haya restricciones, lo obsceno es que nadie está para hacerlas cumplir.
“Claramente tenemos que hacer mejor las cosas, el Gobierno, el Ministerio de Salud, la ciudadanía… No podemos estar en todos lados”, dijo el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, durante la conferencia donde justamente presentó nuevas medidas.
Se volvió a la prohibición de venta de bebidas alcohólicas entre las 22.00 y las 05.00, a excepción de locales gastronómicos y bares; se estableció que la permanencia en eventos sociales sólo sea de cuatro horas, y anunció que se reglamentará de manera más precisa las actividades infantiles.
El ministro recordó que aún sigue en vigencia la restricción horaria de circulación, que es de 23.59 a 05.00. “Algunos parecen olvidar que la restricción de circulación sigue vigente, esto tiene un efecto de evitar esa aglomeración de gente, pues generalmente los problemas de conductas temerarias se dan en ese horario”, enfatizó Mazzoleni.
Seguidamente indicó que “ese control es un pequeño sacrificio que necesitamos mantener para poder unas fiestas (de Fin de Año) importante, porque estamos en una situación delicada”. El problema de las medidas tiene que ver con que quienes harán los controles, ¿los médicos del MSP, los policías o los agentes de la Fiscalía?.
En ese punto es importante mencionar lo que en la semana dijo el ministro del Interior sobre la obligatoriedad de usar las mascarillas. “En realidad es una disposición del Ministerio de Salud y su objetivo es más simbólico que práctico”, había asegurado Euclides Acevedo. Como no está demás mencionar que no hay controles de la Policía en las calles, ni intervenciones fiscales ante aglomeraciones en lugares cerrados.
NO SE CUMPLE NADA
“El problema no está en la normativa, sino el problema es el cumplimiento, y ahí es donde todos tenemos una responsabilidad. Lo que necesitamos es que las medidas se cumplan, que ese relajamiento social, que a veces se convierte en una acción temeraria de posibilidad de transmisión del virus, lo modifiquemos porque es de interés de absolutamente todos”, dijo el ministro de Salud.
El Gobierno sigue apelando a que los inconscientes tomen conciencia para mitigar el contagio del SARS-Cov-2, en medio de una absoluta contradicción.
Y en ese punto, Mazzoleni aclaró otro punto importante al señalar que los balnearios aún no están habilitados. “Las playas y balnearios aún no han sido habilitadas, los protocolos están aprobados, lo que no quiere decir que estas estén habilitados”, dijo el ministro.
Pero en la semana el director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, al evaluar la situación de descontrol y los números de contagios, dijo: “tampoco es para prohibir todo otra vez. El Ministerio de Salud no es niñero de nadie, no es lo ideal cerrar balnearios, se puede tener cupos y que no sea el descontrol total”. Una nueva contradicción entre las autoridades sanitarias.
VACUNAS
Con respecto a las vacunas, el ministro de Salud explicó que el Comité Técnico Asesor de Inmunizaciones, compuesto por profesionales del sector público y privado, sigue de cerca los avances. Hoy hay 13 vacunas en la última fase de pruebas.
Mazzoleni aseguró que el 30% de la población paraguaya será inmunizada, franja de la población de riesgo, principalmente. Explicó que el Paraguay trabajará con cautela para elegir la mejor para nuestro país, teniendo en cuenta efectividad y logística. Esto en el marco del mecanismo COVAX.
