En la terna anterior sí había quedado el aspirante con mayor puntaje que finalmente no fue seleccionado cuando llegaron los tres nombres a la Cámara de Senadores. Ahora directamente los puntos no fueron relevantes.
Lo venimos advirtiendo hace meses desde estas páginas, el nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia no puede ser por cupo político o de género, ya que estaría desvirtuando todo un proceso que desde el 2015 el Consejo de la Magistratura había logrado empezar a transparentar con sus concursos públicos, mejorando el acceso a los perfiles para jueces y ministros, con una plataforma desde donde pueden estudiar cada uno de los curriculums y el historial de los postulantes, así como las audiencias públicas televisadas y accesibles desde redes sociales.
La representante del cupo femenino fue una de las que menos puntos tuvo en la primera etapa de revisión de perfiles, y por la composición actual todo indica que el Senador Víctor Ríos será el nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia.
Es cierto que el puntaje no lo es todo, también se tienen que revisar antecedentes personales, académicos, profesionales, y finalmente la subjetiva honorabilidad.
La composición actual de la Corte Suprema de Justicia sigue sin generar previsibilidad y el mal sabor de boca que dejó la elección de Martínez Simón para algunos políticos que no encontraron un camino “charlable” con el ministro que impulsa la agenda electrónica dentro de los procesos internos del CSJ, también nos da una pista de porque tan obsesiva necesidad de tener a un político dentro de la mesa chica.
Siendo realistas, las universidades de derecho siempre estuvieron relacionadas con los poderes fácticos, los movimientos y los partidos, su propia estructura es representativa de las formas normales de conseguir las cosas en el país, y eso se replica en todo el contexto organizacional del Estado.
Aun así, queda la ilusión, la utopía de que se puede tener un Dream Team en el Poder Judicial, donde la excepción sea el cuoteo político y en el que la norma sea que la ciudadanía confié plenamente en que sus derechos serán preservados.
El Senador Víctor Ríos ya incluso fue felicitado por el Diputado Walter Enrique Harms desde twitter como adelantando el lamentable pronóstico, y si queda alguna duda sobre el cupo, tres días antes de la publicación de la terna el Senador Hugo Richer ya adelantaba que Ríos estaría en la lista que debe llegar al Senado.
Y como una señal de lo que se viene, se empezaron a filtrar datos que guardan relación con algunas supuestas prácticas de la familia del Senador. Por lo menos 10 familias del Departamento de Ñeembucú denunciaron ser víctimas del despojo de propiedades privadas.
Tierras de 4700 hectáreas o más que son invadidas en un esquema que viene haciendo mucho daño al intento de reforma agraria y a las inversiones privadas que buscan un desarrollo sostenible en las áreas rurales.
Los gremios de la producción ya están empezando a movilizarse a tambor batiente, es cuestión de tiempo para que empiecen a publicarse los comunicados y las manifestaciones en medios de comunicación, solo que aun están esperando que se oficialicen las intenciones de los senadores a acompañar la llegada de Víctor Ríos a la CSJ.
Nuevamente perdimos una oportunidad de que la ciudadanía recupere la confianza en el sistema judicial y en la clase política.
