(EFE).- Sergio Mattarella será investido para un segundo mandato como jefe del Estado de Italia el próximo jueves, mientras los partidos políticos, incapaces de consensuar una alternativa, tratan desde hoy de curarse las heridas para mantener unida la coalición gubernamental.
Mattarella, que había insistido en que no quería repetir otro septenio, ha sido la mejor solución que sacar del bloqueo absoluto en el que los partidos habían sumido a Italia durante seis días y que había incluso paralizado la labor del Gobierno.
Las formaciones políticas reflexionan este domingo sobre lo ocurrido y el miembro del Movimiento 5 Estrellas (M5S) Riccardo Ricciardi ha pedido «aclarar algunos puntos» en las filas de la formación, mientras que la ministra Para el Sur y miembro de Forza Italia, Mara Carfagna, ha opinado que la reelección de Mattarella debilita a la extrema derecha.
Concretamente a los líderes de la Liga, Matteo Salvini, y de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, que hasta ahora eran socios de su grupo político en el pacto conservador, si bien el segundo no forma parte del Gobierno.
EL JURAMENTO DE MATTARELLA
El jueves termina el actual mandato de Mattarella y ese día jurará de nuevo para una segunda etapa, convirtiéndose en el segundo jefe del Estado en repetir en el puesto, después de Giorgio Napolitano, que lo tuvo que hacer en 2013 a pesar de que también él quería jubilarse.
El jurista siciliano será recibido en torno a las 15.30 horas locales (14.30 GMT) por un piquete de honor en la plaza donde se encuentra la Cámara de los Diputados.
Entrará en el edificio acompañado por los presidentes de ambas cámaras, Roberto Fico y Elisabetta Casellati, y ya en el pleno será investido y ofrecerá un discurso, en presencia de diputados, senadores, delegados regionales y de los miembros del Gobierno, incluido el primer ministro, Mario Draghi.
Draghi, que había mostrado su voluntad de ocupar la Jefatura del Estado pero que no ha contado con los respaldos suficientes, ha jugado un papel fundamental, pues conversó con Mattarella para convencerle de que permaneciera por el bien del país.
Ya como presidente en plenitud de sus poderes institucionales, Mattarella irá al Altar de la Patria, situado en la romana plaza Venecia, y luego regresará al Quirinal, escoltado por coraceros a caballo.
LA GUERRA DE LOS PARTIDOS
Después de casi una semana de acusaciones y divisiones entre los bloques de la derecha y de la izquierda para finalmente dejar todo como está, Mattarella al frente de la Jefatura del Estado y Draghi en la del Gobierno, los partidos buscan ahora recuperarse y sanar sus heridas.
La labor del Gobierno debe continuar y ya el lunes está previsto que un Consejo de Ministros estudie si prorrogar el uso de mascarillas al aire libre por la pandemia o qué hacer con las discotecas, que siguen cerradas para evitar aglomeraciones.
La actual legislatura concluye en primavera del 2023 y el Ejecutivo de Draghi debe afrontar asuntos como consolidar el crecimiento tras la pandemia, frenar el encarecimiento de la energía, que está afectando a los hogares y a las empresas, completar las reformas del fisco y de las pensiones y cumplir con los objetivos pactados con Bruselas para recibir los fondos europeos para la recuperación.
Y todo ello, olvidando las divisiones de los últimos días.
Uno de los más perjudicados por la contienda ha sido el ultraderechista Salvini, que ha visto frustrados todos sus candidatos. Él, junto con su ministro de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, se reunirán mañana con Draghi para hablar del Ejecutivo.
«El Gobierno y la mayoría que lo componen debe adoptar un nuevo método de trabajo que permita abordar, de manera constructiva, los muchos asuntos, incluso los que generan divisiones, sin convertir este año en una larga campaña electoral», dijo Giorgetti el sábado en una nota.
La coalición conservadora, formada por Forza Italia y los ultraderechistas Liga y Hermanos de Italia, se plantea hoy si los desacuerdos en la elección a la Jefatura del Gobierno han roto su alianza.
«No sé si se acabó esta coalición. Sé que se acabó la ilusión de gobernarla dictando la línea política en las redes sociales y tratando más con seguidores que con los parlamentarios», apunta hoy Carfagna en una entrevista con «La Repubblica».
Meloni, sin embargo, ha indicado en un mensaje que la derecha debe «ser reconstruida» para que no sea ninguneada por la izquierda.
También el M5S apunta a una reflexión interna, después de que el viernes el líder, Giuseppe Conte, apoyara públicamente la idea lanzada por Salvini para que una mujer fuera presidenta de la República italiana, pero finalmente optaran por Mattarella, por presiones internas.