El pasado martes se vivieron horas tensas en el penal de Tacumbú. La jornada se intensificó en horas de la tarde cuando los reos tomaron como rehenes a 18 guardiacárceles. Esto para evitar que la policía ingrese disparando contra los amotinados.
La versión oficial señala que el motivo de esto fue el traslado del reo Orlando Efrén Benítez. Quien supuestamente estaba liderando un plan de escape del reclusorio. La jornada concluyó a las 23 horas del mismo día con la confirmación de siete fallecidos (todos ellos reclusos) y la liberación de todos los funcionarios penitenciarios.
Jorge Querey, senador nacional, estimó que existe un 70% de presos que pueden ser recuperados. Pero lamentó que el Gobierno nunca planteó una estrategia para lograr esa reinserción.
“En el penal tenés áreas como el tinglado y la cancha de fútbol de salón duermen tirados en el suelo. Después más en el fondo se encuentran las celdas que varían dependiendo de los negocios que realizan. Y más en el fondo está en pabellón libertad dirigido por unos religiosos donde van ciertas personas seleccionadas para un plan de rehabilitación”, graficó.
Informó que en el interior no mandan los guardiacárceles. Sino por algunos reos más poderosos. También existen los reos que realizan labores de limpieza calificados como “esclavos”.
José Galeano, comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), explicó por su parte que además, los reclusos deben pagar peajes para pasar de un sector a otro. Y también deben pagar montos para usar las privadas.
“Hay ventajas que se obtienen vía pagos de determinadas sumas. Todo esto siempre denunciamos”, expresó.
Sostuvo que esta situación no solo se ve en Tacumbú sino en todas las demás cárceles del país.
“No hay una constancia cierta de que se pague por celdas. No existe una denuncia formal. Pero en conversaciones con presos nos afirman que es así”, señaló.
PRECARIEDADES
En el penal de Tacumbú existen unos 3600 presos. De los cuales se estima que el 80% no tiene condena. Existen muchos casos en que personas que llevan dos o tres años de prisión son declarados libres de culpa y pena en los juicios orales.
Esto significa que perdieron todos esos años de sus vidas injustamente.
Si bien no existe una denuncia formal, se estima que cada uno integrante de la prisión debe pagar hasta G. 7 millones por una celda. Un monto menor para ocupar un pabellón. Y si no se cuenta con esos recursos el nuevo recluso se queda a dormir bajo el tinglado o en la cancha de fútbol de salón que no tiene techo.
La subsistencia de cada recluso se basa en la cantidad de dinero que tenga. Estos recursos por lo general lo traen las visitas. Pero muchos venden cosas dentro del penal para generar ingresos; por ejemplo; frutas, empanadas, tortillas o artesanía. Sin mencionar a la droga.
Existe el pabellón libertad donde van los reclusos en estado de rehabilitación. Sin embargo, en el resto del penal se observa a simple vista la venta y el consumo del crac. Muchos reos incluso venden sus comidas diarias o los utensilios como platos y cubiertos suministrados para costear el estupefaciente.
El secreto para subsistir es no tener problemas con otros reclusos. A los más violentos o más inteligentes se los respeta más. Una regla inviolable es no molestar a las visitas de otros reclusos. Este simple hecho puede detonar problemas que pueden llegar a ser fatales.
En el pabellón libertad van los que quieren seguir enseñanzas religiosas. En este lugar se vive mejor que en el resto del penal. En el sentido que no carecen de alimentos y no están expuestos a la violencia.
AGILIDAD JURÍDICA
Uno de los pedidos de los reclusos para mejorar sus condiciones es una mayor agilidad jurídica. Debido a lo ya citado más arriba; la gran mayoría no tiene condena. Esta agilidad permitirá descomprimir de gran manera el hacinamiento del lugar.
Otro de los pedidos más importantes es que a los reclusos que están a meses de cumplir sus condenas se les beneficie con un día de libertad semanal. Esto para que no sea tan chocante el cambio de ambiente. Y se vayan adaptando de apoco nuevamente a la sociedad.
Estos datos fueron recabados del programa Algo Anda Mal emitido por el canal NPY en julio del 2019.
INFORME
El MNP realizó varios informes sobre la situación inhumana que pasan los recursos. En total se produjeron 392 muertes desde el 2013 hasta el 2020. Esto da como resultado 56 fallecimientos por año. Del total; unos 221 fueron por no acceder a un tratamiento médico.
Otros 110 por la inseguridad de los reclusorios. Otros 18 por siniestros ocurridos en las instalaciones. Y los 5 restantes por el uso de fuerza desmedida de los guardiacárceles.
Otro dato relevado es que el penal de Tacumbú alberga en la actualidad (a enero del 2021) unos 2459 reclusos. Sin embargo la capacidad según el Ministerio de Justicia es de solo 1530. Esto da como resultado un 161% de sobrepoblación (casi el triple).
Pero esto no es todo. Para el MNP, el penal de Tacumbú solo tiene capacidad para 480 reclusos. Esto atendiendo estándares internacionales. De esta manera, la sobrepoblación llega al 512% (seis veces más) según estos indicadores.
