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MAB en su laberinto

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Tratándose de políticos, uno nunca sabe cuándo hablan en serio y cuándo lo hacen para la gradería. Prima facie, tendríamos que creerle al Presidente de la República cuando manifiesta su propósito de encarar una reingeniería del servicio público y convertir una burocracia parásita en una “burocracia pública productiva”. Con ese fin, anunció haber bajado órdenes a los administradores y a la Secretaría de la Función Pública que apuntan a acabar con el planillerismo y otras bellezas que adornan las oficinas del Estado. Para comenzar, habría que rescatar el significado de lo público, algo que se ha perdido con la entronización de las burocracias convertidas en un fin en sí mismas y no en un instrumento de servicio.

Público, dice la Academia, deriva de públicus, pública, públicum, que procede de pópulus (pueblo), concepto que encierra todo lo que es de propiedad común. De allí lo de bona pública o bienes públicos, loca pública o lugares públicos. Y, finalmente, a todo ese conjunto de cosas públicas la llamaron res pública o cosa pública, que es de donde emerge el concepto de república.

Era necesaria esta perorata sobre algo tan básico dada la profunda distorsión que ha sufrido el concepto de lo público, origen de todo el desmadre que ha puesto patas arriba la administración pública.

Si el anuncio de Mario Abdo Benítez va en serio, y sobre todo si tiene capital político suficiente para invertir en la empresa que se auto impuso, lo que deberá encarar no es una simple limpieza de planillas sino una reforma profunda del servicio del Estado cuyo eje principal ha sido descentrado. Parece increíble tener que explicar lo obvio, pero a ese punto hemos llegado con la conversión del concepto de servicio público en la idea práctica de que el Estado sirve para que una burocracia enviciada, que trabaja de lunes a viernes, de 07.00 a 15.00 (algunos hasta las 13.00), caliente sillas y se llene los bolsillos con bonificaciones y gratificaciones de todo tipo.

En 1993, el presidente de EE.UU. Bill Clinton puso en marcha un plan titulado “Reinventando el Gobierno”, con el cual bajó hasta un 15% la planilla de empleados públicos reduciendo la deuda nacional y logrando equilibrio presupuestario.

Reingeniería o reinvención. Conceptos similares. Veremos cómo le va a MAB en la batalla.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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22-11-24