Mañana se desarrolla la misa central, conmemorando el Día de la Virgen de Caacupé. A un día de su celebración y caracterizada como la fiesta con mayor componente sociopolítico y cultural, hasta el momento las homilías no han ganado ningún tipo de posicionamiento, desvaneciéndose a la hora de criticar al Gobierno
Aparte de un enorme componente sociocultural, englobado por la carga valorativa existente en términos de religiosidad, la misa de Caacupé constituye un aspecto central no solo para toda la comunidad paraguaya, sino también para determinar cuestiones centrales en el entorno sociopolítico del país.
Más allá del factor religioso, el pago de una promesa y el reencuentro con la fe, en las fiestas de Caacupé destacan hechos sumamente relevantes, los cuales son las homilías; a través de las mismas prepondera el posicionamiento de la iglesia en la realidad social y política.
Centrándose en diversas posturas que van desde el análisis de la justicia, la distribución de tierras, el aumento de la violencia, la inseguridad, la corrupción de los gobernantes, e incluso el quehacer cotidiano de la ciudadanía, los monseñores a cargo de ofrecer las homilías se fueron dividiendo de manera ligeramente crítica, hasta posicionamientos endebles acerca de la realidad del país.
Sin elegir bandos de manera específica, algunos voceros de las misas se desenvuelven con una serie de palabras para enseñar estilos de vida más acordes a los establecimientos católicos. No obstante, duros con la población y blandos con el Gobierno, muchas homilías distan mucho de cuestionar a la claque política ya establecida de manera institucionalizada, emitiendo mensajes repetitivos ante hechos que parecen no cambiar, sino empeorar.
HUGO ESTIGARRIBIA
Para el analista político, Hugo Estigarribia, las homilías de Caacupé representan actos muy importantes como actividad litúrgica del Paraguay; esto porque el país tiene una importante mayoría católica en su población. Aunque el Estado paraguayo sea laico, resulta innegable el nivel de importancia otorgado a la religiosidad en la nación, así como su influencia en diversos estamentos de la sociedad, principalmente el político.
Para comprender la magnitud, el analista recordó que en las últimas internas coloradas con miras a las presidenciales, Santiago Peña había catalogado las homilías como un factor que perjudicó bastante a su campaña electoral.
“Aparte de demostrar el impacto de la liturgia en la imagen de los políticos, también refleja la consideración otorgada por los mismos a las homilías mencionadas. En otras épocas, por ejemplo, se buscaba la aprobación de los monseñores en su momento y si bien esa costumbre no está muy marcada, la liturgia sigue representando un acto determinante en términos políticos”, aseveró.
Durante las últimas homilías, el analista mencionó que no se ven discursos muy críticos hacia el gobierno de Mario Abdo Benítez, pero tampoco se nota una postura verdaderamente beneficiosa para el mismo. Estigarribia explicó que en realidad se desarrolla una mezcla de articuladores religiosos enfocados en problemáticas sociales y otro sector de la iglesia más tradicionalista u ortodoxa.
Agregó que eso se puede notar en la conferencia episcopal paraguaya, con líneas más marcadas en lo social, como fue el caso del monseñor Medina y actualmente el monseñor Ricardo Valenzuela.
Sin embargo, pese al seguimiento de mensajes específicos dentro de las homilías, para el analista político el verdadero posicionamiento de la iglesia, así como una postura más definida y crítica podrá observarse el 8 de diciembre, en el desarrollo de la misa central.
En ese sentido se podrá apreciar si se llega a producir un verdadero mensaje hacia los problemas y la realidad sociopolítica acaecida en Paraguay. Para el analista, se notará en la próxima homilía del monseñor Ricardo Valenzuela la línea que prevalece entre dos sectores de la Iglesia católica.
“Hay que estar atentos a la homilía del 8 de diciembre que si bien no genera un impacto institucional, generará un verdadera influencia sobre las personas”, concluyó Estigarribia.
