La cuarentena impuesta por el gobierno a fin de reducir los contagios por la pandemia ocasionada por el covid-19, obliga a celebrar una Semana Santa diferente en la iglesia católica, acostumbrada a reunir a una multitud de fieles.
En efecto, desde el Arzobispado de la capital, informaron que las misas se van a realizar con grupos de hasta 20 personas y previamente agendadas. De igual forma, las mismas se van a seguir transmitiendo a través de Facebook, como ya se venía realizando desde hace un año, en que se declaró la pandemia. Esta línea rige en la catedral metropolitana de Asunción y demás iglesias de Asunción, Gran Asunción y el país.
Ante el nuevo decreto presidencial emitido, No. 5.053, vigente desde el 27 de marzo al 4 de abril, el monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, compartió algunas reflexiones e invitó a “quedarse en casa”.
“En este tiempo de mucho contagio, fue muy prudente reducir el número de participantes en forma presencial, a la Eucaristía. Es un signo de colaboración de la Iglesia con el Estado”, sostuvo el arzobispo de Asunción.
Resaltó la creatividad de las comunidades parroquiales, a la hora de utilizar las tecnologías para poder transmitir las celebraciones religiosas.
Por otro lado, invitó a los sacerdotes a llevar el Sacramento de la Unción de los enfermos a los hospitales, sanitarios cercanos y a los hogares donde haya enfermos o ancianos.
Además, instó a los Diáconos y Ministros extraordinarios de la Eucaristía a llevar el sacramento de la Comunión a los lugares en donde los Sacerdotes no pudieron llegar.
La iglesia es segura
El monseñor Amancio Benítez, Obispo de la Diócesis de Benjamín Aceval y Secretario General de la Conferencia Episcopal Paraguaya, señaló que en la zona del Chaco está todo calmado.
Sobre las medidas sanitarias, mencionó que tras la reunión mantenida con las autoridades del Ministerio de Salud, decidieron limitar a 20 personas el aforo en los templos.
No obstante, destacó que los sanitarios reconocen que las iglesias no son foco de contagio. “Hemos hecho bien los deberes, porque en principio la iglesia era considerada el lugar más peligroso, pero después con los protocolos que preparamos, la iglesia se convirtió en el lugar más seguro”, aseveró.
Admitió que no quieren quedar como los privilegiados al exigir mayor participación física en las iglesias, considerando que otros sectores pueden ser susceptibles a este derecho.
“Acompañamos las medidas por la situación que estamos pasando, la emergencia sanitaria, el colapso de los hospitales, el cansancio de los doctores, la falta de medicamentos; y sobre todo para cuidar la salud, la vida”, evaluó.
En otro orden, precisó que la iglesia católica es una gran aliada de la educación sanitaria porque los sacerdotes en sus misas instan a la comunidad a cuidarse cumpliendo los protocolos, fomentando de esta manera las buenas prácticas para contener la pandemia.
Emisión tardía del decreto
El cura párroco, Óscar Saldívar, Rector del Santuario de Tupãrenda de Schoenstatt, en Itauguá/Ypacaraí, manifestó su sorpresa ante la decisión del Gobierno de permitir solo 20 personas en los templos, puesto que han planeado con antelación, el aforo de 100 personas.
“Debo decir que si bien comprendo la intención de fondo del Gobierno Nacional, me sorprendió lo relativamente tarde que se emitió el Decreto N° 5053. Las restricciones -sobre todo en lo que hace a la cantidad de personas que pueden participar de forma presencial en los actos de culto, han significado que a última hora tuvimos que replantear la organización y los preparativos de las celebraciones propias de Semana Santa”, explicó.
Durante el Domingo de Ramos, el predio del Santuario de Tupãrenda permanecerá abierto de 10:30 a 19:00 horas. Aquellas personas que deseen peregrinar al Santuario y visitarlo, podrán hacerlo con el debido protocolo sanitario pertinente.
Se descarta la participación de forma presencial en la celebración del Domingo de Ramos. Lo mismo ocurrirá con las celebraciones del Triduo Pascual; serán celebraciones en las que participarán un número reducido de colaboradores litúrgicos y se transmitirá por medio de la página en Facebook del Santuario.
Las celebraciones del Jueves Santo (Ultima Cena); Viernes Santo (Pasión del Señor) y Sábado Santo (Vigilia Pascual) se transmitirán on-line.
“En relación con la difícil situación que atravesamos como país, pienso que el Gobierno debe hacer todo el esfuerzo posible por ganar credibilidad por medio de la transparencia y la eficacia, y así, recibir del pueblo la autoridad moral que necesita para conducir el país en esta delicada situación”, comentó.
Subrayó que se necesita lucidez y confiabilidad en la conducción del país para afrontar este tiempo de pandemia, que a su criterio podría durar más de lo que pensamos.
“Es el momento de la conducción lúcida y también de la corresponsabilidad de todos los ciudadanos. Parafraseando al Papa Francisco, de esta situación salimos juntos, o no salimos”, significó.
Por último, invitó a todos los fieles cristianos a vivir estos días santos como una oportunidad no solamente de renovar la fe, sino de madurar en ella.
“Las comprensibles pero dolorosas restricciones sanitarias nos han privado de reunirnos comunitariamente para celebrar nuestra fe, nos han sacado la libertad exterior de movimiento; pero, ante estas restricciones creo que no debemos desalentarnos, al contrario, debemos vivirlas como una oportunidad para crecer en la comunión espiritual”, remarcó.
Destacó que cada sacrificio vivido con fe, es para el creyente, una oportunidad para unirse a la cruz y resurrección de cristo.
Caacupé estará vacía
El padre José Benítez, rector de la Basílica de Caacupé, por su lado, dijo que se están ajustando los actos litúrgicos previstos.
Con relación a las medidas del gobierno, dijo que se comprende el motivo de las restricciones y ponen en primer lugar la ayuda mutua de modo a poder aplanar la curva.
“Caacupé es un lugar de mucha peregrinación y veníamos con participaciones más activas con 120 personas agendadas para todas las misas, que ahora se redujo a 20 personas”, relató. A su vez, se realizará transmisiones vía redes sociales.
Celebraciones eucarísticas de la Semana Santa
Conforme el decreto, el arzobispo de Asunción, sugirió la posibilidad de hacer auto-misa tras la celebración del Domingo de Ramos, que consiste en recorrer los barrios en un automóvil y que en cada hogar reciban la bendición del sacerdote de cada comunidad, como ya se venía realizando el año pasado.
Jueves Santo: La Misa Crismal se realizará en período pascual (si se puede, será el sábado 10 de abril, a las 7 horas, en la explanada de la Catedral).
Para el ritual de la Última cena, recomienda el “lavatorio de los pies” en forma sencilla, sin besarlos y después de derramar el agua y secarlos, pasar el alcohol para desinfectar. Por otro lado, la Adoración Eucarística podrá realizarse brevemente.
Viernes santo: por la mañana se desarrollarán las confesiones. Podrá seguir la “Adoración Eucarística” hasta el mediodía. Por la tarde, el “tupaitú” (beso de la cruz) podrá realizarse con la genuflexión o la reverencia a la cruz que presenta el Sacerdote o el Diácono.
Sábado santo: a la hora pautada (18 horas) podrán abreviarse las lecturas. Aconsejó pasar para otra fecha pascual, el bautismo de adultos o de niños. Para el domingo de pascua pidió ofrecer varias misas en grupo de 20 personas.
La Pascua Joven podrá realizarse de manera presencial con 20 jóvenes y virtual para el resto. Dependerá de cada parroquia buscar realizarse en grupos de 20, distribuidos en varias capillas.
La Catequesis podrá continuar de manera presencial con grupos “burbuja” con 20 niños, adolescentes o jóvenes.
Por último, se glorificará durante la misa de la Divina Misericordia, el segundo domingo de pascua, la imagen al lado del altar. Luego, aconseja ir a Procesión Eucarística, por las calles y el territorio parroquial, llevando también la imagen de la divina misericordia.
La autoridad eclesiástica de la capital exhortó a intensificar la oración comunitaria ante el Santísimo Sacramento, rezando por nuestro pueblo, por las autoridades y por la realización del diálogo entre los grupos sociales y políticos para lograr la paz anhelada.