Para el precandidato a la presidencia de la República por el Partido Patria Querida, Sebastián Villarejo la transformación del Paraguay dependerá del compromiso y la responsabilidad a la hora de desarrollar políticas públicas integrales de inversión en educación y, sobre todo, la lucha contra la corrupción.
«Es el Estado, con sus políticas públicas, lo que va a poder generar cambios cuantitativos que ayuden a mejorar el país. Para hacerlo, necesita de personas honestas y decididas» resaltó.
Una gestión gubernamental debe estar marcada por valores como la honestidad, comentó el integrante de la Concertación.
«La gestión pública debe ser honesta, con una lucha decidida contra la corrupción. Además, la administración tiene que ser eficiente. La inutilidad también es una forma de corrupción. Un funcionario debe ser eficaz a la hora de administrar el dinero público», afirmó.
Otro de los preceptos fundamentales de la administración presidencial es el patriotismo, añadió Villarejo.
«Cuando se gobierna un país, el amor a la patria debe ser la guía del papel del mandatario. Se necesita poner al Paraguay en primer lugar, los intereses generales sobre los particulares», recalcó.
LEGADO
Desde joven, el actual diputado se involucró en actividades que pudieran generar el cambio social. Esta inquietud impulsó a Villarejo a integrar desde el centro de estudiantes del Colegio San José hasta grupos religiosos para misionar.
En estas expediciones, el diputado visitó diversas compañías, en «lo más profundo del Paraguay».
A partir de estos recorridos, pudo reflexionar respecto a que involucrarse en la política es la «única forma de generar transformaciones que logren el bienestar de la población», expresó el precandidato a presidente de la República.
«Uno puede contribuir desde organizaciones que ayuden, pero es el Estado el que realmente va a poder generar esas transformaciones cuantitativas», apuntó.
Su candidatura a la presidencia de la República se gestó en la pandemia, acotó el diputado.
«En la pandemia, con un grupo de parlamentarios, pudimos vivenciar la corrupción, cuando miserables metieron la mano a los fondos públicos en el momento más duro que vivió el país. Así, surgió este fuerte compromiso de involucrar a una nueva generación, patear el tablero y realizar cambios radicales de forma fuerte y decidida», mencionó.
Entre sus principales objetivos, Villarejo destacó que buscará dejar como legado la lucha contra la corrupción y la inversión en educación.
«Voy a ser un presidente obsesionado con la educación. La mejor forma de transformar a la sociedad es con una inversión decidida en educación. Esta inversión no se ve, por eso los gobiernos no la priorizan, pero es fundamental invertir en el capital humano, en nuestros jóvenes y niños», explicó.
El diputado analizó que las próximas elecciones presidenciales serán fundamentales para cambiar el rumbo del país. En este sentido, destacó el papel de los jóvenes en la transformación de la dirección del Paraguay.
«Tenemos que llamar a los jóvenes a que se involucren. Hoy el Paraguay necesita de todos sus ciudadanos, especialmente de los jóvenes. Necesitamos que se decidan y entren a la cancha. Hoy el clarín de la batalla no nos llama a las armas, sino al compromiso social», concluyó.