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La era está pariendo un corazón

…Debo dejar la casa y el sillón, La madre vive hasta que muere el sol, y hay que quemar el cielo si es preciso, por vivir… -Silvio Rodríguez. Se preguntarán porque comienzo con este párrafo de una de las más famosas canciones del cantautor cuba­no, y simpatizante con el régimen castrista, Silvio Rodríguez nuestra columna de esta semana y la respuesta es simple, la letra lo explica todo. No es fortuito el haber estado en la argentina siendo testigo de las elecciones que se vivieron el día de ayer y poder ser testigo del cansancio de la gente a la política en sí. Mucho pensé en todo lo que pude rescatar de las opiniones de distintas generaciones y signos políticos y todo me dio como conclusión de que realmente la teoría de la historia cíclica es real, pero en nuestro caso viene con elementos de nuevas tecnologías que le dan un ropaje muy diferente a los que se dieron tanto en la revolución francesa, la era industrial y el inicio de las tecnologías con el internet por los 90.

Argentina, uno de los países más importantes de américa del sur, no solo por su gran extensión geográfica, sino porque ha sido durante mucho tiempo el país de recepción de muchos extranjeros y en el caso particular nuestro, actualmente acoge a más del millón y medio de paraguayos que ya han sentado bases que influye no solo económicamente sino política y social, hace que lo que pase allí nos afecte.

Bolivia, que ha vivido unas semanas terribles en su deseo de ser democráticos y que la voluntad popular no sea violada, con un llamado de los organismos internacio­nales incluyendo a la Unión Europea de que se respete el resultado de ir a segunda vuelta, no ha podido ser por la codicia de perpetuarse en el poder por parte de los que gobiernan hace tres periodos. Esto lo digo con el aval de que organismos como la OEA o la UE se presten a exigir el clamor del pueblo son estar documentados. Chile, que como siempre es el faro de aviso hacia donde van las señales de cambio en la historia de nuestros pueblos históricamente, nos ha demostrado que la gente ya llego a su límite, porque ya no ve futuro. Bastó el anuncio de la suba del precio del pasaje del transporte público para que “el pus” termine de explotar y hacer entender al mundo que esta clase de política ya no da más. Somos testigos del na­cimiento de una nueva era. Las derechas y las izquierdas están agonizando, dando sus últimos suspiros de vida para dar paso urgente al nacimiento de la esperanza de algo más solidario que ayude a mejorar el porvenir para todos mucho más humano.

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Expertos en Historias urbanas.

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