Con cada temporal la ciudadanía pasa zozobra con los raudales intensos, el peligro de caída de árboles, tendidos eléctricos sueltos, la posibilidad de caer en un bache tratando de llegar a un destino seguro o incluso que la corriente se lleve hasta camionetas.
Múltiples barrios sufren continuamente de cortes de luz durante estos temporales donde los servicios básicos de luz e incluso agua tardan en volver a restablecerse. Para una ciudad que en los últimos diez años creció en materia de construcciones edilicias y carreteras de asfalto, fueron pocas las políticas públicas que se encargaron de abordar integralmente el crecimiento de la capital, es lo que se ve reflejado con cada lluvia.
FACTORES QUE INCIDEN EN LOS RAUDALES
Kevin Goetz, geógrafo y experto en urbanización explicó que existen tres factores que inciden en los raudales que se experimentan con cada lluvia. Lo primero es que la ciudad fue creciendo sin tener en cuenta su estructura topográfica e hidrográfica, esto sin analizar la orientación de las calles, el sentido del escurrimiento de las aguas y las pendientes, entre otros puntos. Esto se replica tanto en Asunción como en el área metropolitana.
La segunda causa es la falta de infraestructura como el alcantarillado sanitario y el desagüe pluvial. Además de no considerarse el sitio geográfico del país, tampoco se invirtió en este punto, señaló Goetz. “Estas dos realidades hacen que las lluvias sean un caos cada vez que las hay”, añadió.
Por último, resaltó que existe una tendencia moderna de asfaltar los caminos y los espacios públicos esa impermeabilización de los suelos provoca que las aguas no se puedan filtrar y que se escurran con gran velocidad acumulándose y aumentando el volumen de los raudales, lo que resulta peligroso.
ASUNCIÓN LLEGÓ TARDE
Respecto al proceso de urbanización de Asunción, Goetz refirió que la fase de crecimiento espacial y territorial llegó a un punto muy alto y el ritmo de intensidad de crecimiento no será la misma que hace unas décadas.
Actualmente y según datos de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) el departamento central es el más poblado del país, luego le sigue Asunción, representando un 37% de la población total, unos 2.680.502 habitantes.
El auge del crecimiento en el Paraguay aconteció entre las décadas de los 80 y 90, fue el momento en el que hubo una explosión demográfica, mencionó el especialista. “Es recién ahora que nos estamos preocupando cómo planificar la ciudad y en el principal momento en que se tuvo que proyectar sobre ella fue en el auge de los 80 y 90”, añadió.
Sin embargo, expresó que el desafío no termina, sigue siendo acuciante, aunque ahora son las modalidades de la urbanización las que irán evolucionando en el futuro.
DISMINUCIÓN DE POBLACIÓN INFANTIL
La proporción de población de adultos mayores también está creciendo, aunque más lentamente de lo que disminuye la proporción de población infanto-juvenil, según datos y proyecciones de la DGEEC.
El ritmo de crecimiento medio anual de la población paraguaya al 2019 es de 1,40% y experimentará una leve reducción en todo el periodo. En el 2024, se espera sea de 1,33% anual.
En la actualidad, la población urbana es del 62,1% y la rural del 37,9%, esta es una tendencia que seguirá con el paso del tiempo según las proyecciones.
Goetz señaló que ahora el país pasará por un reordenamiento interno de la población y el crecimiento intenso hacia las zonas urbanas seguirá en ascenso. Rescató que los desafíos de la planificación de las ciudades siguen siendo importantes y es hora de asumir los errores cometidos para tratar de resolver los problemas.
LA EMERGENCIA DE CIUDADES INTERMEDIAS
En los 80 y 90 emergieron ciudades como Coronel Oviedo y Caaguazú por nombrar algunas. Durante los 2000 surgió otro tipo de ciudades que crecieron con más rapidez gracias al consumo y desarrollo de la red de rutas asfaltadas en Paraguay. A estas se las conoce como ciudades intermedias que son lugares de pequeño y mediano porte y son ahora nuevos centros urbanos que compiten de manera indirecta con las demás grandes ciudades aledañas, indicó el geógrafo.
Lo negativo de esta situación es que estas urbes, actualmente están poco acompañadas por parte del sector público, sugirió Goetz. Así también, no existe un marco regulatorio y tampoco políticas públicas que orienten ese crecimiento que den oportunidades de convertir en centros atractivos y protagónicos.
San Estanislao, San Ignacio Misiones, Curuguaty, Santa Rosa del Aguaray son dichas ciudades intermedias que crecieron en estos últimos años pero se quedaron estancadas. “No hay una visión clara sobre lo que hay que hacer en estas ciudades y es una lástima porque precisamente es donde se encuentran las zonas de mayor pobreza y necesidades del país” manifestó Goetz. Así los jóvenes no se verían obligados a venir hasta Asunción para conseguir oportunidades.
CEMENTERIO DE TEORÍAS
Con relación a la frase de que Paraguay es un cementerio de teorías, la cita lo que busca mostrar es que en el país acontecen fenómenos de manera singular pero no quiere decir que sea solamente un caso aparte como se quiere creer comúnmente, subrayó Goetz. “Paraguay se guía en base a tendencias mundiales y regionales solo que tienen algunas singularidades y esas son las que deben analizarse”, acotó.
En ese sentido, las dinámicas económicas, urbanísticas, demográficas, y otras cuestiones que se insertan de otros modelos mundiales deberían estudiarse para adaptarlas de acuerdo a la evolución y las necesidades de cada país.
“Paraguay tiene que innovar en materia de solución de problemas. No copiar recetas de manera ciega de lo que hacen otros países”, sostuvo.
Asimismo, recalcó que lo que más necesita el país son estudios, no rendirse en la búsqueda de comprender los fenómenos y tener base de datos para generar conciencia tanto política como ciudadana e impulsar también a los tomadores de decisión para que la clase política cambie su forma de actuar.
DATO 1: El 62,1% de la población total está asentada en zonas urbanas y según proyecciones este número irá en aumento.
DATO 2: La explosión demográfica en Asunción fue entre las décadas del 80 y 90, momento en que se tuvo que planificar el desarrollo urbanístico, según expertos.