Uno de los mecanismos más ofensivos a la razón en términos de robo debe ser el Instituto de Previsión Social (IPS). Recibe USD 2 millones y no es capaz desde su plan administrativa de organizar con esos recursos el sistema sanitario ni el sistema jubilatorio. El último dice que podría quebrar dentro de muy poco tiempo, y del primero van a conceder un contrato de lavado y planchado de todos los elementos que se utilizan en un hospital, a una Empresa que por 10 años por el valor USD 67 millones.
El último gran hospital construido por el IPS Ingavi de 600 camas, costó USD 50 millones, osea con el contrato del lavado y del planchado se podrían construir un hospital y medio de los mejores que requiere, y se pueden construir en el país.
Si el problema es de la atención médica, si la gente tiene que esperar meses incluso años para ser intervenido quirúrgicamente, lo que tendría que preguntarse el IPS: ¿Si tenemos nuestro centro de lavado y planchado por qué no lo mejoramos? Y ¿Por qué le tenemos que dar a gente de afuera?
A no ser que se piense con claridad sobre esto y se diga es el negocio, es la plata, el porcentaje que le van a pagar los que ganen la licitación a los administradores actuales. Esta es una vergüenza más de las tantas que tiene el IPS.
El Instituto que tiene que ser devuelto a sus reales administradores a los patrones y a los empleados, pero con gente que realmente sepa administrar con honestidad y probidad ambas cosas, la salud y la jubilación.
