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Infocracia

Uno de los libros que no puede pasar desapercibido en estos tiempos es Infocracia, de Byung-Chun Hal. La era de digitalización toma cada arista de nuestras vidas y con una profundidad que no siempre somos consciente. Ya hace tiempo la psicología habla de la infoxicación como gran cantidad de información que resulta imposible de procesar por su volumen, generando ansiedad y un efecto contrario de desinformación, alienando nuestro pensamiento a recortes innecesarios e información de dudosa procedencia. Este fenómeno permea en todos los ámbitos de nuestra vida, especialmente en la política, donde provoca gravísimas faltas en el desarrollo de un proceso democrático. Las campañas electorales son guerras de información que se combaten con todos los medios psicológicos y técnicos existentes.

Una de las herramientas más poderosas dentro de esta guerra son las cuentas falsas, las cuentas automatizadas y los medios satélites, que tienen como prioridad difundir información falsa o fuera de contexto, replicadas desde varios sitios o cuentas de baja credibilidad que por su volumen influyen en un gran segmento de la opinión pública menos analítica. El fin de todo esto es la construcción de un electorado incapaz de tomar decisiones conscientes, que se dejan contaminar por la propaganda y conspiración generada por estrategias que logran cumplir a cabalidad este fin.

Byung-Chul Han profundiza sobre este punto explayándose sobre la paradoja de que a mayor disponibilidad de información, menos libertad sufren los individuos, porque desarrollan una falsa sensación de independencia y libertad, que realmente está milimétricamente gobernada por un algoritmo que determina varias de sus decisiones cotidianas, sin que éstas sean genuinamente parte de la identidad propia del individuo.

¿Cuánto influye la desinformación en uno de los países con peores índices educativos del mundo como el nuestro?¿Nuestra democracia es debilitada por la desinformación y las decisiones son tomadas por el electorado en base a falsas informaciones? Más que preguntas, son una triste realidad.

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