Dos años de presencia diaria con nuestros lectores
Hay hace exactamente dos años que el primer número de El Independiente llegó a manos de nuestros lectores. Fueron 24 meses que no nos dieron tregua porque tampoco el país, ni el mundo, nos la dio. Exigió a nuestra redacción su mejor esfuerzo para recoger, interpretar y presentar los contenidos de mayor actualidad, los que ocupan la agenda real de los miles de paraguayos que nos leen todos los días.
En los albores de la primavera de 2019 estábamos embarcados en las preocupaciones habituales de un país que con sus luces y sus sombras, con sus más y sus menos, avanzaba hacia las fiestas de fin de año con el cúmulo de preocupaciones, esperanzas y proyectos normales para esa altura del año.
Entonces, sin avisar, se desencadenó la pandemia. Tuvimos el primer aviso con las ultimas semanas de 2019 y se nos echó encima con todo en los primeros meses de 2020. El planteo fue duro, inédito, con protocolos desconcertantes y repentinos vaciamiento de sitios públicos y lugares de trabajo, imponiendo términos disruptivos como teletrabajo, presencialidad, aislamiento obligatorio, distancia social y otras expresiones que fuimos incorporando apresuradamente en nuestro lenguaje comunicacional. Así, 2020 fue duro, triste, desesperanzador. Cada edición era una difícil decisión para no cargar a nuestros lectores con demasiados mensajes negros y levantar, de vez en cuanto, la bandera de la esperanza.
Este 2021 que estamos atravesando nos trajo un camino más despejado. Es posible que hayamos cometido algunos errores en un escenario voluble y provocador. En ese clima, han sido nuestros lectores y seguidores de la web y de las redes sociales quienes nos han acompañado en la tarea de interpretar momentos y circunstancias. Nos han ayudado a ser mejores cada día, sobre todo teniendo en cuenta que nuestra redacción está constituida casi totalmente por gente joven que se esfuerza por encajar en un macroclima de comunicación que se sacude a diario con todo tipo de anuncios, escándalos y pronósticos, atemorizantes unas veces, motivantes siempre.
En tres semanas habremos dejado el invierno y entraremos al último trimestre del año. Las cosas pintan bien, después de una larga noche de incertidumbres. Nuestro propósito más firme es continuar al lado de nuestros lectores, acompañándolos en sus proyectos de vida y en su fe en que un país mejor es posible si lo construimos juntos.
