En nuestro país, el principal problema no radica en la falta de empleo como tal, sino en la falta del empleo decente y con las condiciones adecuadas para el desarrollo laboral y personal del trabajador, aquí se incluye la falta de pago o el pago indebido, falta de incentivos, discriminación en cuanto a géneros o condiciones sociales o el propio desinterés de contratación a <>, limitándose a ubicar a familiares y amigos a los cargos.
De acuerdo a los estudios realizados por la UNFPA, se constata que en el Paraguay el 15.5 % de los jóvenes no trabaja ni estudia, y de este grupo el 74.1 % son mujeres, y prosiguiendo con los números, el 80 % de las empresas son informales y por lo tanto no cuentan con las condiciones necesarias para formar laboralmente a los trabajadores.
La pandemia del Covid-19 ha sido el precursor del cambio más significativo de la economía en muchos años a nivel internacional, en el Paraguay se ha registrado el 1.2 % por encima del porcentaje de desempleo del 2019, generando así desde controversias por el pago de salarios hasta el cierre de locales.
Cuando se trate de soluciones aplicables a cualquier ámbito, se encontrará presente la educación, por lo que para el sistema laboral pueda mejorar y se garantice el mayor acceso a un puesto seguro y con las condiciones adecuadas, se debería crear los programas de seguimiento a las leyes anteriormente mencionadas, capacitando a jóvenes principalmente al desarrollo de habilidades técnicas para el ejercicio de una función dentro de una empresa o analizando las ideas de emprendimiento considerando la aplicabilidad del mismo dentro del mercado. La incidencia del sistema laboral de un país en el mercado internacional es sumamente importante y vasta, al ser el rostro del nivel de crecimiento del mismo.
