EL PAÍS
Los brasileños a pesar de no tener el apoyo de su presidente han decidido por cuenta propia aislarse en sus casas de modo a contener el coronavirus.
El vicepresidente, el general Hamilton Mourão, gobernadores, alcaldes, instituciones médicas y hasta una parte de la cúpula militar de Brasil marcan cada vez más distancia con la conducta del Bolsonaro ante la crisis.
Hoy, más del 80% de los brasileños apoyan el aislamiento. Sin embargo, el martes, Bolsonaro dijo en cadena nacional que era contrario a las medidas de aislamiento social, proponiendo que el comercio y las escuelas reabrieran sus puertas. Al día siguiente, anunció que iba a proponer el aislamiento vertical, es decir solo para grupos considerados de riesgos. La reacción fue inmediata y 26 de los 27 gobernadores advirtieron que seguirían fieles a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS), informó en su portal oficial el diario El país.
Brasil registra este jueves 2.433 casos positivos de coronavirus y 57 muertes. Sin embargo, Bolsonaro insiste en que el sustento de las familias debe preservarse por sobre la salud pública. “Tenemos que volver a la normalidad. Unas pocas autoridades estatales y municipales tienen que abandonar el concepto de tragedia y reactivar el transporte y el comercio y terminar con el confinamiento masivo”, dijo Bolsonaro.
IMPEACHMENT
En el Congreso Nacional crece la presión por el impeachment a Bolsonaro. Cuatro parlamentarios que suelen coincidir con los ideales bolsonaristas en el Legislativo relataron, de manera reservada a El País, que el presidente está más preocupado con su campaña de reelección, en el lejano 2022, que con la salud de la población.
Al menos siete peticiones han sido registradas en la Cámara de Diputados. Con todo, no hay un sostén político capaz de dar curso a los pedidos, al menos por el momento.