Benjamin Fernández Bogado
Desde Buenos Aires
Enviado especial
Los argentinos ya han visto todo. Desde la paridad dólar -peso de Menem a finales de los 90 hasta las promesas de Milei de acabar con el Banco Central y los ministerios de salud y educación. Nada le sorprende a los 35 millones de votantes convocados para este domingo.
Nadie puede creer que un Ministro de Economía responsable de una inflación de 140% pueda ganar las elecciones-; pero si Massa, el peronista, pretende hacerlo y buscar en una segunda vuelta hacerse presidente.No hay que descartarlo. La señora Bulrich no pierde tampoco las esperanzas. Viene de ser rica, guerrillera y ministra del interior de Macri. Entre estos tres se define las elecciones.
Es improbable que alguno logré el 40% de los sufragios con una diferencia de 10% sobre su inmediato rival para evitar una segunda vuelta. Las encuestas, siempre desconfíables, coinciden en eso. Milei ahora teme que el aparato vaya en su contra y abre el paraguas del fraude. Viajé con el presidente del TSJE, Jorge BogariN, quien junto con unos 20 legisladores y burócratas del Tribunal están como observadores luego de vivir en carne propia las sospechas de fraude de nuestros comicios de abril pasado.
Milei tendrá inconvenientes para cubrir todas las mesas electorales y eso abre las sospechas. Con todo, domina en aire el fastidio, el cansancio de ver qué las cuestiones politicas no mejoran la vida de los argentinos. Milei es el hartazgo Y?. Es lo que se preguntan muchos sin respuestas claras. La atacada rosca de políticos son los escogidos de un pueblo con 18 millones de subsidiados y 8 millones que trabajan.
La ciudad de Buenos Aires está llena de mendigos que contrastan con las edificaciones de porte europeo de los comienzos del siglo XX cuando Argentina era una de las 10 naciones más ricas del mundo. La incompetencia, corrupción e inutilidad de los políticos arrasaron con todo eso desde 1930. Hoy viven de la nostalgia algunos y de una realidad que no alcanza para vivir ni entre 4 miembros de una familia que aportan.
En muchos comercios o no hay productos o los precios no existen esperando lo que pase este domingo. Las llamadas cuevas operan a cielo abierto ofreciendo mil pesos por un dólar frente a una cotización oficial que está tres veces por debajo. Un excelente hotel frente al obelisco cuesta 22 dólares y la situación económica recuerda los últimos tiempos de Alfonsín.
Una Argentina regalada para muchos va a comicios este domingo y pocos creen que saldrá un ganador. La apuesta es a una segunda vuelta donde las chances de outsider Milei son menores y las de Massa y Bulrich aumentan. Este domingo hablará el pueblo argentino en las urnas dominado por un pesimismo que mató el entusiasmo y las esperanzas.