martes, noviembre 5, 2024
28.5 C
Asunción
InicioSin categoríaEquipo de comunicación de Mario Abdo recibe duras críticas

Equipo de comunicación de Mario Abdo recibe duras críticas

Categoría

Fecha

No es la primera vez que el presidente de la república, Mario Abdo Benítez, debe pisar sus palabras, esto se da a raíz de una falta tacto por parte de su equipo de comunicación al informar a la ciudadanía.

Como antecedente principal tenemos a la problemática que se genera con los decretos presidenciales, que luego deben tener dos decretos más para aclarar los puntos del primer documento porque éstos no se entendieron.

Ahora bien, es Abdo quien sale a dar la cara una y otra vez por los errores comunicacionales de su plantel como lo anunció ayer en donde dejó sin validez las últimas restricciones por la pandemia del coronavirus. Desde mañana, miércoles 15 de abril, vuelve a estar en vigencia la cuarentena total a través del decreto Nº 3512.

“No hay insumos suficientes para proteger al personal médico y los equipos de bioseguridad que fueron adquiridos aún no llegaron”, afirmó el mandatario.

Ante tantos cambios en los documentos, la ciudadanía no se hace esperar en redes sociales saliendo a criticar la mala labor de este departamento del estado y generando una inevitable incertidumbre colectiva.

Por ende, hablando con expertos de la comunicación, se puede acordar que a nivel gobierno hay un problema grave de planificación y coordinación, y que actualmente se están viendo salvados solo por la claridad del ministro de Salud Julio Mazzoleni.

El profesor de la Universidad Nacional de Asunción, especialista en comunicación y director de la Escuela DPeriodistas, Richard Ferreira, explicó que existen algunas recomendaciones para la comunicación específica en tiempos del Covid – 19.

La Organización Mundial para la Salud (OMS) tiene también un marco estratégico para tratar de satisfacer “con eficacia sus necesidades de información y de difusión de recomendaciones y orientaciones sobre una amplia gama de cuestiones relacionadas con la salud”. El documento regla el tipo de comunicación que desea hacer la entidad, y no está mal tomar como base para desarrollar una estrategia comunicativa en la búsqueda del bien común.

“Una buena comunicación, que sea eficaz y no confusa, es fundamental en este momento que estamos viviendo en materia de salud. Primero hay que entender que todos hacemos comunicación, de una u otra forma. Es fatal hablar de algo que no se conoce o, peor, hacer correr rumores o especulaciones que, más allá de una irresponsabilidad, pueden ocultar intenciones no precisamente positivas”, afirmó el especialista.

Ferreira deja seis ítems que pueden adoptarse como ejes de todo tipo de comunicación ya sea pública, privada, e incluso personal, para no caer en una comunicación errada.

PUNTOS
La comunicación debe ser accesible, factible, creíble y fiable, pertinente, a tiempo y fácil de entender.

Al hablar de accesibilidad se debe entender como la capacidad de lograr que el mensaje llegue a toda la sociedad por el medio que sea. No podemos limitarnos a pensar que toda comunicación pasa hoy por los entornos digitales, un error conceptual arraigado ahora en la comunicación en general. Es preciso buscar los mecanismos adecuados para llegar a todos, con tecnología o sin ella.

Cuando se menciona una comunicación factible, hay que decir que se refiere a lo se puede comunicar de manera viable, posible, practicable, realizable. En salud, particularmente, es importante que el mensaje sea claro y preciso, determinando lo que es y no recomendable comunicar y, además, cómo hacerlo con la intención de lograr un objetivo, en este caso, en este momento, disminuir la propagación de la pandemia.

La credibilidad es el eje principal de toda comunicación y, más aún, cuando se trata de la salud. Aquí entran a jugar un papel importante los órganos oficiales y quienes masifican los mensajes, como los medios de comunicación masivos. Tiene que darse una comunicación eficaz y fiable. Si se pierde la credibilidad, perderemos todos porque no se creerá en nada, ni en nadie.

Lo pertinente se puede explicar diciendo que lo que se debe comunicar es aquello que es más importante, relevante y de carácter de servicio. Es inadmisible caer en interpretaciones o especulaciones, así como masificar por cualquier vía informaciones no confirmadas en forma de rumores.

A tiempo. No hay noticia más vieja que aquella que llega tarde. Acá se requiere de una estrategia definida y de acciones comunicacionales inmediatas, para lo que se necesita una clara definición de la política comunicacional, y un buen equipo de profesionales que sepa de lo que está hablando y tenga la capacidad de presentar las informaciones en cualquier plataforma de forma clara, lo antes posible.

“Desde la necesidad de los receptores, tenemos que toda información debe ser construida con una narrativa fácil de entender. Este principio muchas veces no se tiene en cuenta. Es un error comunicar algo solo con la lógica del que comunica. Toda comunicación tiene que ser pensada, construida y distribuida de acuerdo con la capacidad que tiene el receptor de interpretar un mensaje. A modo simple, se puede decir que -por ejemplo- el uso de lo complejo, técnico e -incluso- de palabras rebuscadas del diccionario, no es el ideal para una comunicación y menos para cuando el mensaje debe llegar a todos para que sea interpretado”, aseveró.

A su vez, el docente Miguel López, de la Universidad Nacional de A sunción, explica que la comunicación del Gobierno de Abdo Benítez en este contexto de emergencia sanitaria por pandemia de coronavirus es un defecto y que lo único claro es el desatino.
Agrega que cuando ocurren casos de emergencia se deben disponer de planes comunicacionales articulados desde la perspectiva de la comunicación de crisis y la comunicación de riesgo. Ya que el Gobierno está manejando la situación aplicando un modelo de comunicación política.

El experto añade que tanto la comunicación de crisis y la de riesgo exigen sinceridad en la información y en la acción, así como claridad en los mensajes para cambiar la conducta de la población en función a lo que ésta necesita para sobrevivir y superar la circunstancia dada.

“Esto debe darse desde la transparencia y la participación de todos los sectores involucrados, incluyendo la sociedad organizada. La comunicación política, que es la que aplica el gobierno paraguayo, no busca la transparencia ni la sinceridad en la información, sino posicionar la imagen del Gobierno en positivo y hacer campaña propagandística usando como pretexto un escenario de emergencia. Por esa razón se están produciendo las marchas y contramarchas en las decisiones tomadas, poniendo en riesgo de muerte a la población, haciendo caso a las presiones irresponsables y criminales de sectores empresariales para quebrar la cuarentena en contra de evidencias científicas que recomiendan recrudecer las medidas de guarda y protección. Decir y desdecirse constantemente es la demostración clara”, destacó.

SITUACIÓN DE EMERGENCIA
Sobre la situación en la que se vive, remarcó que el Estado no está abordando la situación como una emergencia sanitaria, sino como una dificultad política del poder político. Por esta razón responde con discursos y anuncios efectistas, que en el actual contexto son avasallados por los hechos de la realidad concreta: la gente tiene hambre, no recibe ayuda, los trabajadores están perdiendo sus empleos de a miles, no hay insumos de bioseguridad en los hospitales, la incapacidad sanitaria pública destruida por los ajustes neoliberales no puede responder ni realizar los test en cantidad para saber los aproximados niveles de contagio; y los actos de corrupción desde la misma esfera del Estado en complicidad con sectores empresariales privados.

“El Gobierno y sus asesores están en terreno minado. O no saben cómo hacer comunicación en la situación actual o deliberadamente están sembrando el caos sin medir que su cosecha será la muerte”, concluyó López.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.