En algún momento de nuestras vidas, ante la presencia de algún síntoma, llegamos a pensar que padecemos alguna enfermedad de mayor o menor envergadura, pero al acudir al médico y ver que realmente no ocurre nada grave, la gran mayoría de las personas se tranquilizan.
Sin embargo, quienes consideran constantemente que tienen signos indicativos de alguna enfermedad grave y por mucho que van al médico y no le encuentran nada, siguen pensando que están enfermos, es probable que se padezca de lo que se conoce como hipocondría.
Son numerosos los personajes históricos a los que se ha atribuido padecer hipocondría, Kant, Charles Darwin, Marcel Proust, y Adolf Hitler, son algunos de ellos. Charles Darwin, por ejemplo, vivía angustiado por su salud, sufría a menudo de palpitaciones, molestias gástricas, dolor de cabeza, cansancio, falta de energía, etcétera, sin que se encontrara causa médica que justificara tales dolencias.
Comentaba a menudo que, gracias a su «mala salud», que le había alejado de distracciones sociales, había podido dedicar su vida totalmente a desarrollar su conocida Teoría de la Evolución.
¿SOY HIPOCONDRÍACO(A)?
La psicóloga Gloria Petters afirmó que el Ministerio de Salud y Bienestar Social es el encargado de recoger los datos, y no hay un porcentaje a nivel de lo que significaría una epidemiología del estado de esta patología, no se puede decir si hay más o menos personas hipocondríacas en el país, pero sí existe y es el miedo o convencimiento de padecer una enfermedad grave a partir de una interpretación errónea personal de situaciones corporales o síntomas.
“Como profesionales debemos entender mejor el componente de dónde vienen, cuáles son las casusas que le llevan a pensamientos reincidentes sobre ciertas circunstancias de la salud”.
Agregó que es una reacción de estrés mal adaptativa que hace que la persona actué y piense que tenga enfermedad, pero aumentan los síntomas.
“Es algo real, no se toca, ni se mide a nivel cuantitativo, no tiene una temperatura, ya que está en el plano metal, es más reflexiva porque el origen es con referencia a la preocupación excesiva de la salud, y hay que volver hacia atrás, trabajar con diversos métodos para que esta situación que se presenta no se generalice a su ámbito social, no afecte el desenvolvimiento social de esta persona”.
La hipocondría puede aparecer a temprana edad, pues niños que tienen un pequeño corte o presentan mucosidad, se sienten muy mal, tienen una baja tolerancia al malestar.
TRATAMIENTO
Petters explicó que la labor principal de los especialistas es reflexionar sobre el origen de lo que siente esta persona hipocondríaca, usar técnicas para que empiece a calmarse, centrarse en la respiración, ver cuáles son los factores de estrés que causan que llevan a un nivel de hipocondría, que significa fijarse demasiado en un aspecto de su cuerpo.
EN CASA
La psicóloga precisó que si alguien en casa es hipocondríaco hay que entender que no tiene una enfermedad mental, y que el núcleo familiar entienda que estas personas pueden sentir tristeza, desánimo, pensamientos confusos, falta de concentración, se trata de trabajar con la psicoeducación para que sepan que pueden tener altibajos, cambios de humor, porque es un padecimiento real para ese paciente.
SÍNTOMAS
Cualquier signo o síntoma puede ser un motivo de obsesión y preocupación para un hipocondríaco: tos, palpitaciones, cambios en la forma de ir de vientre, cefaleas leves, dolores musculares o articulares leves, lesiones cutáneas, cansancio.
La mayoría de los pacientes visitan tanto a su médico de cabecera como a especialistas con peticiones para que les hagan exploraciones complementarias y pruebas. El hecho de hacerlas puede tranquilizarles temporalmente.