Confinamientos, pasaporte sanitario y negacionismo explícito
La ciudad se llama Ejin, está en Mongolia interior, China. Sus 35.000 habitantes están confinados desde el 25 pasado y por dos semanas. Un grupo de turistas que visitaba las ignotas estepas del norte chino llevaron el virus sin saberlo. Ahora, todos estarán encerrados hasta nuevo aviso.
Malas noticias para quienes estén vacunados con la Sputnik. No podrán entrar a Estados Unidos que sólo reconoce la validez de sus propias vacunas más las “extranjeras” AstraZéneca, Sinovac y Cansino. No admite la vacuna rusa ni siquiera en combinación con otras sí aceptadas.
Chile, el mejor del barrio en materia de vacunación, está en apuros. Hay 1.200.000 remisos a pincharse el brazo. Se los mira con sospecha por un rebrote de casos. El presidente Piñera prometió: “Vamos a ser más duros y exigentes para que todos se vacunen”. Y eso que el 90% de la “población objetivo” ya está vacunado con dos dosis. Ya inmunizan a la población entre 6 y 17 años.
En Italia, el Gobierno ajustó otro ojal en el cinturón sanitario. Desde hace un mes, todos los trabajadores -estatales o no- deben vacunarse si quieren seguir en sus puestos. La obligatoriedad por decreto alcanza a unos 23 millones de personas.
Francia, que ama oponerse a cualquier cosa obligatoria, bulle en manifestaciones de protesta. Estados Unidos no está al margen de estas batallas. En Nueva York, una pueblada llevaba al frente una pancarta con este tremendo llamamiento a la insurrección general: “Víctimas de la vacuna anti COVID: Cientos de miles de personas muertas. ¿Cuántos más deberá haber antes de que tomes una posición?”.
El negacionismo pocas veces tiene argumentos. En Argentina, un candidato a senador por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires admitía no estar vacunado y que no pensaba hacerlo. Cuando le dijeron que podría ser portador sano y enfermar a otros, argumentó: “Me testeo todos los días” afirmaba para luego caer en contradicciones.
Hungría, Austria, Dinamarca y Francia ya exigen pasaporte sanitario. Quedan fuera, sin embargo, quienes estén inmunizados con las vacunas de China, India y Rusia, no importa su nacionalidad.
Mientras tanto, por aquí ya se empieza a hablar de la “nueva ola” tras las frenéticas reaperturas con aforo total.
Como dicen los héroes del marketing motivacional: Preparados para lo peor, esperando lo mejor.
Por eso la tercera dosis ya está en marcha.
